lunes, 25 de mayo de 2009

Secretos deslucidos

Después de presentarnos El Último Rey de Escocia en el 2006, filme que si no fue una gran obra, dejaba ver que el director Kevin Macdonald era capaz de producir cintas con fuerza interpretativa por parte de los actores, en este 2009 llega a los cines Los Secretos del Poder (State Of Play), película que lamentablemente nos muestra a un Macdonald más tibio, incapaz de aprovechar a su reparto y a cargo de un guión que se diluye conforme avanzan los minutos, además de ser carente de originalidad.
La trama se dispara con el asesinato de Sonia Baker, amante del congresista Stephen Collins (Ben Affleck), ex militar y quien investiga los negocios ilícitos de PointCorp, una compañía privada la cual vende armas al Gobierno de los Estados Unidos, formando un monopolio y haciendo de la guerra un negocio. Al parecer la muerte de Sonia busca amedrentar a Collins. Cal MacAffey (Rusell Crowe), reportero del Washington Globe (amigo de Collins) se encarga de investigar el asesinato para su periódico, desde ahí poco a poco se irán descubriendo las pistas que nos llevarán a enterarnos de la verdad.
Comenzaré hablando de los aciertos del filme. Macdonald sabe manejar el ritmo de la cinta, no la hace trepidante pero tampoco cae en el aburrimiento que obligue al espectador al bostezar, la película puede llegar a sentire larga, sin embargo los filmes que se centran en la resolución de un misterio logran mantener la atención del espectador si la información se va soltando poco a poco. Un segundo acierto serían las temáticas planteadas: la guerra como negocio, la corrupción, el filme también busca cuestionar a los medios, discernir de aquello que es información o no, el periodismo como un arma para que la verdad salga a la luz, el periódico impreso como algo tangible ante el avance del Internet, los medios ýa transformados en un negocio preocupado cada segundo por vender, la relación de los jefes editoriales con aquellos políticos que buscan ocultar la verdad. El atreverse a hablar de estos temas se aplaude, sin embargo al final del filme uno no se lleva más que un intento de ser confrontador.
La cinta no termina por desarrollar ninguno de estos temas, el principal error es dejar de denunciar para convertirse en una película que roza la acción y el suspenso, transforma al personaje de Crowe en un héroe, lo convierte en un ser casi intachable, cuando se conoce que los periodistas de nuestros días tienen poco de heroicos, ya sea por su ego, porque los sueldos no lo ameritan o simplemente porque no pueden escapar del sistema, los medios para los que trabajan no son tan democráticos como lo presenta el filme al final de cuentas, la critica a los medios se queda en sólo una simple mención, el cuento de la democracia permanece intacto tras observar el filme y esto lo hace débil, no es contundente con la crítica inicial, el enredo de los personajes diluye y aleja el objetivo, la critica a las compañías que hacen de la guerra un negocio se pierde entre tanto misterio y pistas ocultas, todo se reduce a un personaje. Repito, Los Secretos es una cinta tibia, temerosa.
Otro gran error es el plano actoral. Conociendo las capacidades de parte del elenco no queda más que adjudicar el error a Macdonald y al guión que no apoya a los intérpretes. El personaje de Crowe, un periodista con experiencia, pasado de peso y por momentos despreocupado, está correctamente caracterizado, el neo zelandés construye físicamente bien a su personaje, sin embargo por momentos no luce convincente, sobre todo en una escena de acción. Lo peor de Cal MacAffey es que termina siendo un personaje gris, que le da pocos momentos a Crowe para mostrar todo lo que sabe hacer. Helen Mirren, quien interpeta a Cameron Lynne, editora del Wshington Globe, está desperdiciada en uno de esos personajes que sólo sirven como un contrapeso para el actor principal, cualquier actriz pudo ponerse en los zapatos de ese personaje, no era necesaria una ganadora del Óscar para algo tan deslucido. De Affleck más vale no hablar, de él no se puede pedir mucho, no le recuerdo una actuación digna de aplausos, entre películas de acción y comedias románticas el actor que empezó como una promesa junto a Matt Damon, no se acerca a los niveles interpretativos que le hemos visto a su ex compañero.
En la parte visual el filme no aporta, está narrado de una manera tradicional, hay poco que destacar en este aspecto.
Los Secretos del Poder es una película decepcionante no porque se esperara mucho de ella antes de verla, sino porque en el transcurrir del filme uno puede advertir que la cinta será un golpe duro al sistema, que alguien saldrá mal parado, que realmente se cimbrarán las bases y no sólo se soplará un viento débil para hacernos creer que realmente se denuncia. Este es un filme que nos demuestra que cuando se quiere atacar a alguien debe hacerse con toda la fuerza, sin concesiones, porque si no la simulación termina volviendo al filme parte de esa manera de jugar llena de trampas que pretendía denunciar en un principio.


CALIFICACIÓN: REGULAR.

lunes, 18 de mayo de 2009

Bajo el embrujo de la muerte

Tras un largo ayuno cinematográfico debido a esta rara Influenza, por fin los cines abrieron sus puertas y este blog vuelve a la vida.
En Brujas (In Bruges), largometraje debut del inglés Martin McDonagh, resultó ser un filme soprendente, cautivador, conmovedor y que llena de golpe todas las ansias de sentarse frente a la pantalla grande que había en nuestra ciudad.
El filme acompaña a Ray y a Ken, dos mafiosos británicos que son mandados por su jefe a Brujas para desaparecer por un tiempo, debido a que cometieron un error muy grave en un último trabajo, de ahí en adelante, la trama se vuelve una bola de nieve que poco a poco, sin vertigos exagerados, va creciendo de tamaño.
Uno de los principales aciertos de la cinta son los diálogos y la relación que se establece entre los personajes de Ray y Ken, el primero es el novato atormentado por su error y que encuentra en Brujas no un paraíso o cuento de hadas como la mayoría de los turistas, para él, esta ciudad llena de misterios, pasados, museos y alma medieval no representa nada más que estar atrapado en un infierno del cual quiere escapar, un sitio que sólo logra deprimirlo y le impide escapar de los demonios que guarda adentro de él.
Por el contrario, Ken, de mayor edad y experiencia asesinando personas, muestra en Brujas su lado cultural, disfruta cada centímetro de la ciudad, aprovecha el sitio para relajarse, llevarse las cosas con calma, conocer a Ray.
El filme acierta al mezclar humor negro, drama, comedia y diálogos que pasan de lo superficial a indagar en cuestiones más profundas como el destino, la crítica a la religión, la constante preocupación por redimirse, por afrontar el castigo que la culpa desea. En Brujas logra hacer reír al espectador, sin embargo esta ciudad, en todo momento, así como la cinta, lleva escondida en su en su bruma de fantasía, un olor a tragedia que se impregna en la piel de los personajes, no hay momento de paz que no esté matizado de una porción de pesadumbre, de nostalgia por lo que no se fue, de querer apretar un gatillo para explotar el propio cerebro.
El filme también aborda varios temas políticos, se atreve a hablar de forma absurda y al mismo tiempo comprometida sobre el rascimo y como buena cinta británica muestra un refrescante desprecio hacia la cultura de los Estados Unidos.
Los diálogos excelentemente construidos acuden en varias ocasiones a hablar del Infierno, Purgatorio y Cielo, lugares más allá de la muerte pero destinados para ejecutar ese castigo que estos criminales deben recibir. El destino de la muerte los persigue, los vigila de cerca a pesar de estar rodeados de una ciudad sacada de un sueño antiguo.
En cuanto a la parte actoral, Colin Farrell como Ray logra mostrarnos a un asesino a sueldo con varios matices, atormentado por sus errores, entregado a los vicios para olvidar sus penas, deseoso de escapar de un lugar que le resulta un encierro para su necesidad de no pensar, de aislarse de él mismo, un lugar tan tranquilo lo obliga a enfrentarse a él. Por otra parte, el experimentado Brendan Gleeson nos muestra un asesino capaz de alcanzar altos grados de sensibilidad artística y espiritual, es todo lo opuesto a lo que esperaríamos de alguien que ha dedicado toda su vida a matar, sin embargo descubrimos en él a un ser entrañable, capaz de entender la belleza y la amistad, quiere entregarle a Ray la oportunidad que quizás él no tuvo. Ralph Fiennes se agrega en la parte final de la cinta interpretando a Harry, jefe de los anteriores, un hombre rudo, sin piedad, dispuesto a que sus códigos sean cumplidos. Los tres logran llevar a buen puerto a sus personajes, destaca Farrell, quien carga el peso de la cinta y ha demostrado que cuando tiene un buen director tras de sí logra grandes interpretaciones. Ray de En Brujas nos recuerda por momentos a Terry de Los Inquebrantables, película dirigida por Woody Allen, en donde también su personaje se ensucia las manos y la culpa llega.
En el aspecto visual, la cinta no tiene fallas, de hecho es perfecta. La cámara logra pasearnos con suavidad por cada aspecto, cada construcción de Brujas, descubrimos su arquitectura, sus canales, el arte, esos callejones en donde es fácil matar a alguien. Se nota que McDonagh tiene experiencia teatral, ya que sabe explotar el dramatismo de cada escena con secuencias largas, no basa el resultado en una edición vertiginosa, desde la cámara testigo ya obtiene lo que busca, captar la tragedia, atrapar el destino con la lente.
Así, En Brujas es la huella de un camino que apenas comienza para McDonagh, que de seguir por este sendero logrará grandes obras maestras, por lo pronto su ópera prima es un filme excelente, que transporta al espectador por todas las emociones, lo divierte y conmueve, lo lleva a mundos mágicos y poéticos, pero sobre todo, le demuestra que el Infierno está en la Tierra, aunque Brujas se cubra con la máscara de Paraíso.
CALIFICACIÓN: EXCELENTE.