domingo, 28 de diciembre de 2008

Valiente pero olvidable

Comenzaré hablando de lo valioso que encontré en Despereaux: Un Pequeño Gran Héroe (The Tale of Despereaux), dirigida por Sam Fell y Robert Stevenhagen. Considero que lo más importante a destacar en la película es el tema que se plantea, ya que por momentos el filme es una crítica fuerte a las sociedades controladas por el miedo, sobre todo aquellas que establecen reglas de temor para someter la libertad de sus habitantes y ven en las minorías un peligro constante de desestabilización. En el valor de Despereaux y en su incapacidad de sentir miedo (común a todos los ratones), se refleja esta diferencia, que lo convertirán en un héroe. Considero que esto es lo más memorable del filme, ya que en otros rubros no alcanza la calidad de cintas de animación como Ratatouille, Los Increíbles o Toy Story.
La calidad de animación no está al nivel de las producciones mencionadas anteriormente, y aunque se entiende que la intención de Despereaux es producir el efecto de estar contando una historia antigua, sacada de un libro, la animación no sorprende y por momentos resulta plana, impidiendo transmitir al espectador las texturas que vimos en Ratatouille a la hora de ver los pelos de las ratas o sentir el olor y los sabores de las comidas, elemento también importante en la trama de Despereaux.
Otra falla del filme es que no nos involucra desde el principio con el personaje principal, ya que la trama se desarrolla en un comienzo a través de Roscuro, una rata que desencadenará todos los problemas en el reino de Dor, lugar donde se desarrolla la historia. Al comenzar conociendo a Roscuro y el mundo de las ratas tardamos en involucrarnos con Despereaux y su vida, sus motivaciones y ambiciones, lo que no permite al espectador la identificación pronta con el personaje.
La voz en off es otro error en el filme, ya que al ser demasiadas las explicaciones del narrador, el filme parece necesitar de esa voz didáctica para seguir avanzando, aunque en la realidad es totalmente innecesaria para el espectador. Las grandes películas de animación cumplen con la misión de entretener tanto a niños como adultos, a los primeros con bromas y situaciones ocurrentes, y a los segundos con un guión inteligente y que aborde un tema profundo que logre conmover a los mayores. Lamentablmente en Despereaux, a pesar de la ternura expresada por el ratón y algunos momentos graciosos, el filme no entretiene en gran cantidad a los niños y para los adultos tampoco resulta efectivo, ya que como mencionaba anteriormente, faltó profundidad en el tema del miedo y las sociedades, lo cual hubiera sido un ejercicio interesante.
Finalmente, de Despereaux podemos decir que cumple como un cuento tierno para niños con algunos ratos de entretenimiento, sin embargo lo mostrado durante sus cien minutos de duración no le bastará para ser recordada como una de las mejores películas de animación, simplemente será una película más que no pudo alcanzar el nivel de ligas mayores establecido por Pixar.


CALIFICACIÓN: REGULAR.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Canguros a la baja

Más allá de que el director autraliano Baz Luhrmann (mismo de Romeo y Julieta y Moulin Rouge) haya querido hacer una típica película de Hollywood y mostrar los problemas y un poco de la cultura de su país en la época de la Segunda Guerra Mundial, su nuevo filme, Australia, se queda en un intento mediocre, con una historia poco coherente y llena de estereotipos.
Aunque la cinta intente rescatar elementos del cine de los cuarentas o cincuentas y se note en algunos momentos que está realizada con esa intención, eso no le garantiza un éxito, ya que no siempre apelar a la añoranza sirve para seducir al espectador y Australia es un filme con una historia incoherente e ingenua, que para los ojos del Siglo XXI luce débil.
Se perdonarían las fallas en el guión, las escenas increíbles, el retratar a los aborígenes australianos como un cliché más, la magia de cuento de hadas, el melodrama de telenovela y la búsqueda a toda costa del Happy Ending si esta película hubiera sido realizada en otra época, cuando se pasaban por alto muchas fallas con tal de contar una historia deslumbrante, pero en la actualidad Australia parece no tener cabida en la categoría de grandes películas al no contar con un guión fuerte que la respalde.
Nicole Kidman y Hugh Jackman (australianos ambos) cumplen en sus roles, ella interpretando a Sarah Ashley, una mujer inglesa que intenta volver a la vida unos terrenos de su propiedad en este país de canguros que le será inhóspito la mayor parte del tiempo. Jackman, por su parte, da vida a un capataz que prioriza la libertad y el arrear su ganado ante todo, aunque poco a poco se irá involucrando en una relación amorosa con Sarah, situación que hace del filme también una película romántica. El tercer elemento es un niño aborigen, mestizo, al cual el personaje de Kidman adoptará y cuidará a lo largo de toda la cinta y que es fundamental en el desarrollo de la trama. A pesar de que la actuación es aceptable, a Jackman por momentos se lo ve ridículo y poco convincente, sobre todo en las escenas de amor y en donde se lo intenta hacer lucir como un héroe que nos recuerda a Wolverine. Kidman, como siempre, se desenvuelve sin problemas, pero tampoco es su mejor actuación, trata de ser muchos personajes y la película intenta con calzador demostrar sus capacidades actorales en todos los géneros, aunque éstas ya se conocen.
El peor error de Australia es querer abarcar todo, la comedia, el melodrama, el romance, la guerra, utilizando casi como pretexto un país que se merecía una historia más profunda, que realmente se enfocara a los problemas australianos de rascismo o discriminación y que no perdiera por lo menos una hora en trasladar unas vacas de un punto a otro.
Australia quiso ser muchas películas y no terminó siendo ninguna, no convence como comedia, como drama tampoco tocas fibras sensibles, como película romántica alcanza terrenos cursis y como filme de aventuras carece de la acción necesaria para entrener al espectador que busca explosiones.
Sí, Australia no convence porque es un cliché, porque tres australianos cayeron en el error de participar en un filme que más que dibujar a su país con profundidad en una historia que se grabe en la memoria, decidieron mostrar los estreotipos en un guión predecible. Si Australia se hubiera titulado México, no hubiera sido Luhrmann el encargado tras las cámaras, quizás el director hubiera sido Robert Rodríguez, con Salma Hayek y Gael García en los papeles estelares, y sí, los charros, los pistoleros, y algún nopal hubieran embadurnado la pantalla.

CALIFICACIÓN: MALA.


martes, 23 de diciembre de 2008

Necesidad de libertad



La Duquesa (The Duchess), dirigida por Saul Dibb, es una película que a pesar de no alcanzar grandes niveles de maestría logra envolver al espectador en la trama e internarlo a la vida de Georgiana, la Duquesa de Devonshire.
Lo más relevante del filme es retratar la falta de libertad, no sólo de las mujeres sino también de los hombres, de finales del Silgo XVIII, época en donde las ideas revolucionarias estaban en auge.
La obligación de tener hijos varones por parte de las mujeres, la necesidad de olvidar los sueños ante la realidad, tener que soportar una vida carente de emociones con tal de tener privilegios económicos son aspectos que se reflejan puntualmente en el filme.
En una época donde los sueños nacían en las mentes que anhelaban un mundo diferente, éstas todavía tenían que enfrentarse con la tradición, con la necesidad de guardar las apariencias. El filme muestra la lucha ante esa realidad de la sociedad que es imposible cambiar por más grande que sea un sentimiento, por más amor que exista, los muros de la realidad no lo dejarán triunfar, ya que los finales felices sólo existen en los sueños.
La película capta la necesidad de libertad de las mujeres que eran prisioneras de sus esposos y de los hombres que también eran esclavos de las reglas sociales para mantener el poder económico y tampoco podían expresar sus sentimientos.La Duquesa, a pesar de ser un personaje aparentemente frívolo, preocupado por la moda y los juegos de cartas, refleja a esa mujer soñadora que no era capaz de demostrar todo su potencial y tenía que resignarse a ser una madre sacrificada. Las mujeres necesitaban expresarse a través de sus vestidos y sombreros ya que no tenían otro lugar para hacerlo.Por otro lado, en lo actoral, es innegable que Keira Knightley tiene el rostro perfecto para este tipo de películas, sin embargo sigue sin mostrarse convincente y por algunos momentos parece actriz de telenovela. En su actuación como Duque de Devonshire, Ralph Fiennes cumple interpretando a un hombre que tiene que reprimir sus emociones y se disfruta su trabajo en pantalla a pesar de no ser una de sus mejores actuaciones. Los vestuarios son espléndidos y quizás reciban algún premio esta temporada, uno de los mayores aciertos.Finalmente, la cinta deja grabados algunos diálogos que harán que no sea tan fácil olvidarla, ya que no todas las películas se atreven a recordarnos que los sueños son sólo eso.


CALIFICACIÓN: REGULAR