sábado, 27 de diciembre de 2008

Canguros a la baja

Más allá de que el director autraliano Baz Luhrmann (mismo de Romeo y Julieta y Moulin Rouge) haya querido hacer una típica película de Hollywood y mostrar los problemas y un poco de la cultura de su país en la época de la Segunda Guerra Mundial, su nuevo filme, Australia, se queda en un intento mediocre, con una historia poco coherente y llena de estereotipos.
Aunque la cinta intente rescatar elementos del cine de los cuarentas o cincuentas y se note en algunos momentos que está realizada con esa intención, eso no le garantiza un éxito, ya que no siempre apelar a la añoranza sirve para seducir al espectador y Australia es un filme con una historia incoherente e ingenua, que para los ojos del Siglo XXI luce débil.
Se perdonarían las fallas en el guión, las escenas increíbles, el retratar a los aborígenes australianos como un cliché más, la magia de cuento de hadas, el melodrama de telenovela y la búsqueda a toda costa del Happy Ending si esta película hubiera sido realizada en otra época, cuando se pasaban por alto muchas fallas con tal de contar una historia deslumbrante, pero en la actualidad Australia parece no tener cabida en la categoría de grandes películas al no contar con un guión fuerte que la respalde.
Nicole Kidman y Hugh Jackman (australianos ambos) cumplen en sus roles, ella interpretando a Sarah Ashley, una mujer inglesa que intenta volver a la vida unos terrenos de su propiedad en este país de canguros que le será inhóspito la mayor parte del tiempo. Jackman, por su parte, da vida a un capataz que prioriza la libertad y el arrear su ganado ante todo, aunque poco a poco se irá involucrando en una relación amorosa con Sarah, situación que hace del filme también una película romántica. El tercer elemento es un niño aborigen, mestizo, al cual el personaje de Kidman adoptará y cuidará a lo largo de toda la cinta y que es fundamental en el desarrollo de la trama. A pesar de que la actuación es aceptable, a Jackman por momentos se lo ve ridículo y poco convincente, sobre todo en las escenas de amor y en donde se lo intenta hacer lucir como un héroe que nos recuerda a Wolverine. Kidman, como siempre, se desenvuelve sin problemas, pero tampoco es su mejor actuación, trata de ser muchos personajes y la película intenta con calzador demostrar sus capacidades actorales en todos los géneros, aunque éstas ya se conocen.
El peor error de Australia es querer abarcar todo, la comedia, el melodrama, el romance, la guerra, utilizando casi como pretexto un país que se merecía una historia más profunda, que realmente se enfocara a los problemas australianos de rascismo o discriminación y que no perdiera por lo menos una hora en trasladar unas vacas de un punto a otro.
Australia quiso ser muchas películas y no terminó siendo ninguna, no convence como comedia, como drama tampoco tocas fibras sensibles, como película romántica alcanza terrenos cursis y como filme de aventuras carece de la acción necesaria para entrener al espectador que busca explosiones.
Sí, Australia no convence porque es un cliché, porque tres australianos cayeron en el error de participar en un filme que más que dibujar a su país con profundidad en una historia que se grabe en la memoria, decidieron mostrar los estreotipos en un guión predecible. Si Australia se hubiera titulado México, no hubiera sido Luhrmann el encargado tras las cámaras, quizás el director hubiera sido Robert Rodríguez, con Salma Hayek y Gael García en los papeles estelares, y sí, los charros, los pistoleros, y algún nopal hubieran embadurnado la pantalla.

CALIFICACIÓN: MALA.


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