domingo, 26 de abril de 2009

Ese monstruo de mil caras

La directora española Isabel Coixet (La Vida Sin Mí) llega a México este año con Elegy un filme basado en la novela The Dying Animal de Philip Roth. Como dato curioso, el título de la cinta fue pésimamente traducido al español, ya que al nombrarla La Elegida cambia de inicio el sentido del filme, el cual pretende presentarse como una elegía, es decir, como un canto o composición poética hacia los muertos.
La trama ce centra en el personaje de David Kepesh, un crítico y maestro de literatura el cual ya ronda los sesenta años y que suele tener relaciones sexuales con sus alumnas. Un hombre que escapó a su matrimonio, abandonó a su hijo y no cree en las ataduras de las relaciones convencionales, un ser que ha vivido bajo el manto del placer y que ve cómo la vejez se le presenta como un obstáculo para continuar con su estilo de vida. Sin embargo, llegará a su clase una alumna que le dará vuelta el mundo, que con su belleza logrará dominarlo y hacerlo caer en esas garras dolorosas del amor y los celos, quizás la primera a la que le pueda decir te amo sin dudarlo, Consuela Castillo, una latina que le brindará la locura de la pasión a Kepesh y lo hará sentir como un frágil adolescente.
Los mayores aciertos del filme radican en los temas que maneja: la vejez como una etapa cruel, el cuestionamiento del matrimonio como un lugar en donde pueda habitar el amor, la admiración por la belleza femenina y el placer, la capacidad de entregarse al amor que al mismo tiempo que es hermoso esconde bajo sus alas un lado que puede ser destructivo, la diferencia de edades como un obstáculo para consumar una relación. En el desarrollo de estos temas el filme se desenvuelve cómodo a través de los diálogos, ya que en ellos se encuentra la sustancia fundamental de la cinta, es evidente que el filme es originado por una novela, debido a la construcción de los personajes, a su profundidad y a la manera de expresarse.
La cinta es fuerte, desesperanzadora en ocasiones, muestra a los seres humanos frágiles a pesar de sus conocimientos intelectuales lo cual no necesariamente hace fuerte emocionalmente, el personaje de Kepesh es un solitario que sólo cuenta con George, un amigo poeta el cual le funciona como una especie de consciencia. Otro aspecto interesante del filme es que no aplica una mirada moralista ni crítica a ningún estilo de vida, muestra a los personajes libres, débiles en el manejo de sus sentimientos, Elegy pondera la honestidad con nosotros mismos sin importar lo que eso signifique.
En cuanto al lado actoral, Ben Kingsley (interpretando a Kepesh) y Penélope Cruz en el papel de Consuela hacen una buena pareja en pantalla, juntan experiencia con fuerza y pasión, en este sentido el filme se desarrolla seguro, no hay fallas en ninguno de los dos. Él nos entrega con credibilidad a un tipo solitario, ávido de placer y lleno de temores en su vejez, ella a una chica que desborda pasión y sensualidad pero al mismo tiempo soñadora e influenciada por las costumbres de su familia, en ella vive la esperanza que el perdió hace tiempo. Kingsley es garantía y Penélope con cada filme sigue demostrando su calidad como actriz, más allá de haber participado en algunos proyectos en Hollywood que no le redituaron más que posicionarse en el mercado y muchos dólares. Otro que suma a este filme es Dennis Hopper, un excelente actor que en los últimos años había estado perdido en proyectos de no tanta relevencia y que con su interpetación del poeta George O'Hearn nos muestra a un cínico pero que tiene muy claro cada uno de los detalles de la vida y del comportamiento humano.
A pesar de todos sus logros, Elegy es una película que prometía para más, los grandes diálogos del inicio, la presentación de sus personajes y los temas a abordar eran material suficiente para entregarnos un filme con solidez, sin embargo la forma de contarlo hace que decaiga. Los pocos escenarios, escenas repetitivas, momentos que parecen estar sólo como relleno y que son usados más de una vez hacen que se vuelva un filme cansado por momentos. Al ser una historia que no basa su fuerza en los hechos sino en el cambio interno de los personajes, el filme trata con escenas poéticas sostener un ritmo que no canse aunque no siempre lo logra, es una historia que es difícil llevar a la pantalla y al ver el filme se antoja más leer el libro que seguir viendo la película que se vuelve aburrida. Hay secuencias demasiado largas y la cámara y la edición no juegan lo suficiente como para despabilarnos.
Más allá de esta gran falla, Elegy es un filme que golpea a todos aquellos que se encuentran en la edad madura y que no le han dado oportunidad al amor, un cinta que nos obliga a concentrarnos en los detalles y en la belleza del momento, nos invita a dejar de preocuparnos por ese futuro que nunca aparece, que siempre es incierto y tratar de perder el miedo a ese monstruo de mil caras llamado amor.



CALIFICACIÓN: REGULAR.

martes, 14 de abril de 2009

El pasado bajo las piedras

Observar Un Secreto, película dirigida por el francés Claude Miller, es como adentrarse a una cebolla e ir descubriendo sus capas.
No quisiera hablar mucho de la trama debido a todo lo que hay que descubrir en este filme y que el mismo título anticipa, sin embargo, podemos decir que la historia se centra en el personaje de François Grimbert (interpretado por Mathieu Amalric, el actor francés de moda) quien ya como adulto recuerda su infancia en una Francia rodeada por el nazismo.
A pesar de hablar de la guerra y de las implicaciones que tuvieron para los judíos franceses, el filme trata de escapar del tema adentrándose más en la historia de amor de Tania y Maxime, los padres de François y en la relación de éste con ambos padres. Él tiene mayor afinidad con Tania, ya que su papá solía rechazarlo, hacerlo menos e ignorarlo. Una sombra del pasado se ubica en la infancia de François que poco a poco irá descubriendo.
Todos los personajes están bien construidos, cada uno muestra bien sus traumas, sus ideologías, el sentirse o no orgulloso de ser judíos, ver Un Secreto es similar a leer una novela que capítulo a capítulo nos interna en una historia cada vez más compleja que pasa de los traumas de un niño, a los problemas amorosos de una pareja, a la situación de los judíos en Francia rodeada de un nazismo implacable.
La belleza y la fragilidad del amor son otros dos aspectos bien planteados en el filme, Tania (interpretada por una hemosa Cècile de France) y Hannah (Ludivine Sagnier, no menos bella) envuelven la vida de Maxime, la cinta presenta a la belleza como esa capacidad de quebrar cualquier atadura impuesta por la moral.
Otro acierto del filme es que no tiene que enfocarse en la guerra o centrarse de lleno en el tema de los judíos para establecer la postura de los personajes, con detalles y siendo sutil la cinta se transforma de una simple hsitoria de amor en una película más relacionada con los conflictos bélicos y de razas.
Un Secreto es una lucha entre los problemas sentimentales y el entorno, quizás el desamor es más doloroso que una bomba...
En el aspecto visual la cámara sirve como un ojo al pasado, a todo aquello que no puede borrarse de la memoria de François. Es un acierto presentar la época moderna a blanco y negro y los años de la infancia del personaje principal a color, no sólo porque la mayor parte de la trama transcurra en el recuerdo, sino porque la adultez representa algo más oscuro, algo pesado de cargar por todos esos colores del pasado que aún brillan en la mente, por esa imágenes vívidas de sus padres jóvenes, ese pasado que aún respira con todos sus colores en Francois.
Este filme francés es valioso porque nos adentra a esos secretos que descubrimos de pequeños y que nos afectarán toda la vida, porque nos introduce de una manera diferente al tema de la guerra, es una historia bien narrada que no soltará al espectador, ya que, repito, es una obra en muchas capas, compleja, que va mutando conforme pasan los minutos.
No hay mucho que criticarle al filme, ya que narra con eficacia la historia que plantea y no hay momentos débiles, las actuaciones no son magníficas pero son aceptables, el guión es redondo y aunque el filme no alcanza los niveles de excelencia nunca se cae.
Un Secreto nos muestra que el pasado simplemente no se borra, es algo que vivirá por nosotros siempre, que modificará nuestro futuro, cada segundo de la infancia es clave para acumular amor o rencores, sin embargo puede que en el presente haya tiempo para quitarse las anclas de los dolores, de la culpa y tratar de llenar de tibios colores el futuro.



CALIFICACIÓN: BUENA.




lunes, 13 de abril de 2009

Monstruos debiluchos

Este año Rob Letterman (El Espanta Tiburones) nos presenta Monstruos vs. Aliens (Monsters vs. Aliens), una película que si bien se salva del aburrimiento no logra convencer y termina cayendo en la mediocridad.
La trama se centra en un grupo de cinco monstruos: una chica que sufre un accidente y se vuelve gigante, un pez-hombre que es un eslabón perdido, una cucaracha muy inteligente, una gelatina sin cerebro y un insecto enorme quienes han sido mantenidos en secreto por el gobierno estadounidense, pero un ataque de extraterrestres hará que estos seres monstruosos sean los encargados de salvar a la humanidad.
Una de las debilidades de este filme es que la historia es plana, poco entretenida para los niños y sin una profundidad crítica o que busque una moraleja como en varias de las películas de Pixar, en sólo pocos momentos alcanza los terrenos del humor negro, sólo unas pequeñas puntadas que hacen ver al gobierno estadounidense como idiota son los momentos más rescatables del filme que pasará a ser intrascendente en la historia de las cintas de animación. La risa se encuentra pocas veces y la calidad de la animación tampoco alcanza los niveles logrados por Pixar quien sigue estando muy lejos de todos los intentos que ha hecho Dreamworks por generar algún filme que alcance los niveles de maestría de Pixar, sin embargo más allá de la primera entrega de Shrek o la primera parte de La Era del Hielo la productora del niño en la luna no ha logrado filmes memorables ya que sus guiones no son completos y suelen ser menos disfrutables para los adultos debido a que no se piensan como obras bajo todo un concepto artístico más allá de buscar la risa fácil. Madagascar 2 fue un claro ejemplo del deterioro en los guiones en los que suele caer Dreamworks.
Volviendo a Monstruos... el filme quizás pueda salvarse debido a que le ayuda que está siendo proyectado en tercera dimensión, lo que hace que esta aventura sea un poco más entretenida y disfrutable en las salas cinematográficas, ya que las sorpresas que provocan los relieves nos hacen olvidarnos por momentos de las pocas emociones y risas generadas por el filme.
A la cinta le faltó ser más crítica con el gobierno sin caer en el aburrimiento o en el tono adulto, también se requería que los personajes fueron desarrollados con menos vértigo para lograr una mayor empatía con los mismos, además de engoblar a la cinta en un concepto o en una moraleja importante en este tipo de filmes infantiles, ya que en este caso la cinta pudo ser algo más que una aventura divertida en donde extraterrestres malos se enfrentan a monstruos buenos. Dreamworks se vuelve a quedar lejos de Pixar que con ejemplos como Wall-e o la próxima Up confirma que está ya a otro nivel, llevando la animación a nuevos terrenos más allá del simple divertimento infantil.


CALIFICACIÓN: REGULAR.