martes, 14 de abril de 2009

El pasado bajo las piedras

Observar Un Secreto, película dirigida por el francés Claude Miller, es como adentrarse a una cebolla e ir descubriendo sus capas.
No quisiera hablar mucho de la trama debido a todo lo que hay que descubrir en este filme y que el mismo título anticipa, sin embargo, podemos decir que la historia se centra en el personaje de François Grimbert (interpretado por Mathieu Amalric, el actor francés de moda) quien ya como adulto recuerda su infancia en una Francia rodeada por el nazismo.
A pesar de hablar de la guerra y de las implicaciones que tuvieron para los judíos franceses, el filme trata de escapar del tema adentrándose más en la historia de amor de Tania y Maxime, los padres de François y en la relación de éste con ambos padres. Él tiene mayor afinidad con Tania, ya que su papá solía rechazarlo, hacerlo menos e ignorarlo. Una sombra del pasado se ubica en la infancia de François que poco a poco irá descubriendo.
Todos los personajes están bien construidos, cada uno muestra bien sus traumas, sus ideologías, el sentirse o no orgulloso de ser judíos, ver Un Secreto es similar a leer una novela que capítulo a capítulo nos interna en una historia cada vez más compleja que pasa de los traumas de un niño, a los problemas amorosos de una pareja, a la situación de los judíos en Francia rodeada de un nazismo implacable.
La belleza y la fragilidad del amor son otros dos aspectos bien planteados en el filme, Tania (interpretada por una hemosa Cècile de France) y Hannah (Ludivine Sagnier, no menos bella) envuelven la vida de Maxime, la cinta presenta a la belleza como esa capacidad de quebrar cualquier atadura impuesta por la moral.
Otro acierto del filme es que no tiene que enfocarse en la guerra o centrarse de lleno en el tema de los judíos para establecer la postura de los personajes, con detalles y siendo sutil la cinta se transforma de una simple hsitoria de amor en una película más relacionada con los conflictos bélicos y de razas.
Un Secreto es una lucha entre los problemas sentimentales y el entorno, quizás el desamor es más doloroso que una bomba...
En el aspecto visual la cámara sirve como un ojo al pasado, a todo aquello que no puede borrarse de la memoria de François. Es un acierto presentar la época moderna a blanco y negro y los años de la infancia del personaje principal a color, no sólo porque la mayor parte de la trama transcurra en el recuerdo, sino porque la adultez representa algo más oscuro, algo pesado de cargar por todos esos colores del pasado que aún brillan en la mente, por esa imágenes vívidas de sus padres jóvenes, ese pasado que aún respira con todos sus colores en Francois.
Este filme francés es valioso porque nos adentra a esos secretos que descubrimos de pequeños y que nos afectarán toda la vida, porque nos introduce de una manera diferente al tema de la guerra, es una historia bien narrada que no soltará al espectador, ya que, repito, es una obra en muchas capas, compleja, que va mutando conforme pasan los minutos.
No hay mucho que criticarle al filme, ya que narra con eficacia la historia que plantea y no hay momentos débiles, las actuaciones no son magníficas pero son aceptables, el guión es redondo y aunque el filme no alcanza los niveles de excelencia nunca se cae.
Un Secreto nos muestra que el pasado simplemente no se borra, es algo que vivirá por nosotros siempre, que modificará nuestro futuro, cada segundo de la infancia es clave para acumular amor o rencores, sin embargo puede que en el presente haya tiempo para quitarse las anclas de los dolores, de la culpa y tratar de llenar de tibios colores el futuro.



CALIFICACIÓN: BUENA.




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