viernes, 31 de julio de 2009

Más allá de los vampiros

Siempre se agradecerá que existan propuestas refrescantes en lo que se refiere al tema de vampiros, y la película sueca Déjame Entrar (Låt den rätte komma in) dirigida por Tomas Alfredson deja un buen sabor de boca a pesar de algunas fallas.
La trama nos introduce en la vida Oskar, un chico solitario, amante de la literatura policiaca, de padres divorciados y algo misterioso, el cual sufre de las agresiones de sus compañeros de escuela por ser diferente y ven en el chico un blanco perfecto para desatar sus instintos violentos. A su edificio se muda una chica un poco más grande que él, de nombre Eli, con la cual trabará una amistad que poco a poco mutará a en amor, sin embargo, Eli tiene un secreto que no tardará mucho en ser revelado, sobre todo cuando la sangre se haga presente.
Los aciertos de la cinta son varios, el primero de ellos es manejar un suspenso elegante, hacer que primero conozcamos a los personajes y todos sus posibles matices, no se aventura a la sangre innecesaria desde el comienzo ni a la acción desmedida, la presenta en cuotas medidas y cuando debe golpear al espectador con una escena impactante. La fineza nunca se pierde, visualmente la cinta logra clavarse en la memoria no con grandes efectos, sino con la sutileza de la nieve o con una mirada que abandona la ingenuidad para transformarse en un ser atormentado por miles de años, ruidos de estómago y pequeños hilos escarlata por la piel son suficientes para generar impacto. Uno de los mayores logros es que durante la mayor parte del tiempo la cinta se mantiene sobria.
Sin embargo, lo mejor del filme es que a pesar de tocar el tema del vampirismo y que por momentos cae en los clichés del género (el sol que los aniquila por ejemplo) se acerca a estos seres como personajes en decadencia que sufren para adaptarse y para poder subsistir tienen que asesinar. Esto hace que la relación que se establece entre Oskar y Eli vaya más allá del vampiro y el humano, cobra fuerza y la empatía se da al ser dos relegados de la sociedad que tendrán que aprender que sólo con la violencia pueden combatir a los humanos que demuestran ser más agresivos que los propios vampiros. No hay nada contenido en la cinta, la esencia de ambos personajes está destinada a liberarse, así como consumar, en una escena deliciosamente tierna en la cama su relación como "novios"; más que establecerse como una pareja y darse besos cursis, unen sus bocas manchadas de sangre, lo que se valora, ya que no se trata de generar asco, sino de establecer una unión entrañable y que es difícil de olvidar al salir del cine.
Aunque a los aciertos también se une un lado poético y se nota que está basada en una novela (escrita por John Ajvide Lindqvist), la cinta tiene sus fallas y radican principalmente en la ejecución más que en la idea. Hay varias escenas que quizás en el guión lucían correctas pero a la hora de llevarse a pantalla, sobre todo en una película de poco presupuesto, terminan por debilitar a la cinta (gatos atacando una mujer, la escena final que no es de gran manufactura, un vampiro en llamas) creo que al tocar los terrenos comunes de otro tipo de filmes de vampiros la cinta pierde elegancia y se vuelve (por momentos) igual que aquellas películas mediocres de las que se distingue por su historia. A Déjame... le bastaba con el suspenso sin grandes ambiciones, ya que por momentos para algunos espectadores (lo cual puede ser error o no de la cinta) causa risa en vez de miedo.
Más allá de esto la parte visual será recordada por varias escenas, por una fotografía desoladora y fría, momentos de real oscuridad, un buen maquillaje en las cambios de Eli y el abandono de ese lugar que parece olvidado por el resto del planeta. La nieve albina contrastando con el rojo de la sangre...
Otro aspecto fuerte del filme es que a pesar de basar casi todo su tiempo en actores jóvenes y debutantes, ya que no habían trabajado en absolutamente nada antes de esta cinta , éstos salen muy bien librados. Kare Hedebrante interpeta con solidez a Oskar y nos hace creer su personaje de chico tímido, misterioso, atormentado y con ganas de vengarse, de convertirse, quizás, en uno de esos asesinos de los que tanto lee. Aunque quien se lleva las palmas es Lina Leandersson, quien da vida a una maravillosa Eli, con todos sus matices, sádica, tierna, bromista, triste, incapaz de adaptarse, enamorada, una gran actriz a pesar de sus catorce años de edad y esperemos continúe con su carrera y verla en otros proyectos, incluso fuera del cine sueco, para no perderle la pista. Sabemos que Matt Reeves (director de Cloverfield) quien en este momento filma el remake de la cinta seguramente no tomará en cuenta a la actriz sueca y seleccione a una juvenil del mundo de Hollywood, lo cual ya sería su primer error. Esperemos que en otros aspectos logre captar y dejar intacta la esencia del filme original y mejore aquellas escenas de ejecución pobre.
Con un poco más de cuidado Déjame Entrar hubiera sido una joya difícil de criticar y se hubiera convertido en una favorita de este año, sin embargo algunos momentos la hacen más débil y no disfrutable en su totalidad. Se agradece la propuesta y el esfuerzo por llevar a los vampiros más allá de la cursilería y estupidez de cintas como Crepúsculo. Gotas poéticas de sangre y una relación que no se olvida nos dejan estos colmillos suecos que se clavan profundo en nuestro cerebro.
CALIFICACIÓN: BUENA

jueves, 23 de julio de 2009

El príncipe maduro

Tras realizar un filme regular y poco trascendente con Harry Potter y La Órden del Fenix en 2007, David Yates continúa a cargo de esta saga y este 2009 entrega un producto más maduro con Harry Potter y Misterio del Príncipe (Harry Potter And The Half-Blood Prince), lo que hace del más reciente filme del mago (ya adolescente) uno de los más adultos hasta el momento.
La trama nos narra el sexto año de Potter en Hogwarts. Dentro de su afán por aprender, se encontrará con un libro de magia avanzada que le pertenece a un tal Principe Mestizo, de esta manera Harry ganará poder. Al mismo tiempo, Voldermort ha elegido a Draco para matar a alguien importante, plan en el que está involucrado Snape, quien parece en esta cinta descubrir finalmente su verdadero rostro. Por otra parte, Dumbledore encarga a Harry acercarse más al nuevo profesor de pócimas Horace Slughorn, quien tras varios años regresa a la escuela de magia y a través de ganarse la confianza y entrar en sus recuerdos, Harry podrá descubrir secretos de la infancia de Voldemort, un paso importante para poder derrotarlo, ya que él es quien debe hacerlo. Aunado a esto, la cinta también agrega elementos románticos y por primera vez los tres personajes principales se ven vulnerables respecto al amor, principalmente Harry y Hermione, ya que como siempre, en Ron todo luce con tintes cómicos.
Uno de los principales aciertos que le veo a la cinta, más allá de no haber leído la novela, es que a comparación de las cinco anteriores se nota una intención real de hacerla un poco más oscura y madura, plantear a los personajes con verdaderos problemas humanos, más vulnerables y sin necesidad de mostrarlos poderosos. Otro aspecto importante es que la cinta es un poco más contenida, se toma su tiempo y se acepta a sí misma como un filme de transición rumbo a las dos entregas finales. El ritmo no es vertiginoso y eso se agradece en esta ocasión, ya que aunque muchos les parecerá aburrida por falta de acción, considero que es bien manejada y se aleja de la complacencia infantil en muchas ocasiones, aunque no del todo. La cinta luce bien estructurada, y como parte de un rompecabezas interesante.
Sin embargo hay fallas que le restan fuerza, a pesar de que no hay gran acción y eso me complace ya que el tono de esta entrega varía al de las anteriores, los efectos especiales que impactan en la secuencia inicial son poco utilizados a lo largo de la cinta, quizás explotarlos un poco más (sin abusar) y oscurecer así más el filme, le hubiera dado mayor personalidad. Considero que las escenas más disfrutables de este filme se presentan cuando aparecen personajes como Bellatrix (interpetado por Helena Bonham Carter), este tipo de secuencias son las mejor logradas cinematográficamente.
Aunque es humor inglés y quizás la novela lo maneje de esa forma, considero que para concretar un filme que pretende ser oscuro y apartado de la vena infantil de las demás entregas, el humor tendría que salir sobrando o presentarse en cuotas mínimas y aunque en esta cinta disminuye, aún es molesto para un filme con un final que se acerca a la tragedia.
Hablando del final, me parece que para ser un hecho tan relevante en la saga le faltó más impacto, más preparación, emoción, efectos especiales más imponentes. La cinta parece no darle tanta relevancia a un hecho importante y la conclusión es anticlimática a pesar de lo que ocurre.
En lo que se refiere a la parte visual, la cinta no se supera a sí misma, y no es novedosa, rescato la secuencia inicial, pero este tono desaparece. Lo mejor radica en el plano actoral. Por primera vez Daniel Radcliffe, Ruper Grint y Emma Watson son capaces de demostrarse como actores adultos, expresar sentimientos diferentes, se les nota la experiencia y el dominio de su personaje, así como una gran química entre ellos que hace muy creíble su camaradería, en verdad transmiten su amistad de años y cada uno lleva su papel al mejor punto hasta el momento, sobre todo Radcliffe a quien se le nota que ha adquirido experiencia en el teatro y que si logra despojarse de los anteojos de Potter podrá ser un gran actor. No menciono a los adultos porque todos se mantienen en su condición aceptable, Alan Rickman (Spade) sobresale al tener mayor relevancia su personaje.
Finalmente, considero que esta película, junto con la cuarta entrega (Harry Potter y El Cáliz de Fuego) han sido las mejores hasta el momento, las más maduras y las que en verdad pretenden acercarse a la oscuridad. Ahora sólo resta esperar por el final de la saga, aunque la mayoría de los potenciales espectadores ya sabe cómo concluye, por lo que el qué no será tan relevante como la manera de presentarlo. De cualquier forma, ninguna obra fílimica de Potter hasta el momento puede ganarse el adjetivo de memorable o de una obra importante en el cine, quizás sea porque el libro no le permite llegar más allá, caso contrario a lo ocurrido con El Señor de los Anillos que con menos cintas y novelas logró una mayor fuerza. Quizás, también la causa se deba a que Potter ha estado siempre (a excepción de Cuaron) en manos de directores menores. Más allá de esto, siete libros y ocho películas es demasiado para una historia que durante muchos momentos cinematográficos resultó cansada, aburrida y que recién ahora cobra algo de fuerza. Potter es una de esa sagas que sólo los fanáticos son capaces de disfrutar totalmente.


CALIFICACIÓN: BUENA.

viernes, 17 de julio de 2009

Un golpe necesario a la fe

Afortunadamente Reli...qué? (Religulous) no fue censurada de forma abierta en nuestra ciudad, aunque sí se le dio muy poco espacio y publicidad con toda la intención de que pasara desapercibida en estas tierras que aprentan ser santas y cubiertas bajo el manto de Dios, esta es la nueva forma de impedir que películas no "aptas" para nuestras mentes sean expuestas.
El filme es dirigido por Larry Charles, el mismo a cargo de la escatológica y repugnante, pero al mismo tiempo divertida, Borat. En esta ocasión se embarca en un proyecto más maduro, punzante y que sirve para reflejar el mal que le hace a la humanidad el tener un pensamiento religioso.
El documental está basado en diferentes entrevistas que el comediante Bill Maher (guionista de la cinta) realiza a personas involucradas con diferentes religiones, desde los simples fanáticos católicos, personajes con mayor poder en la Iglesia, así como a judíos, mormones, musulmanes, cienciólogos, nuevas religiones, y en donde ninguno de ellos puede defender con alguna mínima pizca de razón sus creencias, ya que todas se basan en dogmas , en la fe, y resulta fácil ridiculizarlas, ya que al analizar los diferentes libros sagrados, además de encontrar semejanzas en ellos, se perciben, sin ir muy a fondo, aseveraciones ridículas como una serpiente que habla o una concepción inmaculada.
Así, Maher viaja a través de diferentes países, se involucra en charlas divertidas y conforme avanza la cinta no sólo nos hace reír al estilo de Michael Moore, sino que nos demuestra lo endeble que son las religiones cuando se las invita a la argumentación, además de dejarnos en claro que no son más que un negocio.
Otro de los aciertos de esta cinta es mostrarnos la relación existente entre el poder religioso y político. Al evidenciar a varios senadores norteamericanos que desdeñan la teoría de la evolución de Darwin o que están en contra del homosexualismo o del aborto por simple convicción religiosa más allá de analizar lo que implican estos temas para la sociedad. Incluso, Maher nos da a conocer lugares en donde se pretende que un ser humano "revierta" sus preferencias sexuales y regrese al buen camino de la heterosexualidad, cuando se sabe que hay genes gay. No sólo ataca a los religiosos de las Iglesias, sino también a científicos que a pesar de estar involucrados en un terreno donde debería entrar la razón, dejan a un lado sus estudios para tratar de fundamentar su fe cuando en realidad es insostenible.
Otro aspecto importante es que subraya la violencia que generan las religiones, los fanatismos capaces de provocar muertes, cuando supuestamente los libros sagrados pregonan mensajes de paz y amor, punto que también se cuestiona al mostrarnos pasajes de la Biblia o del Corán que son realmente agresivos.
El puntualizar la semejanza entre todas las culturas, dioses y diferentes aspectos de cada religión no hacen más que probar que todo es producto de un pensamiento original necesitado de dioses, todo nace de los miedos de la humanidad, en la mayoría de las creencias hay alguna mujer inmaculada, un mesías salvador, un sacrificado, cuestiones muy puntuales que sólo demuestran que todo es parte de lo mismo, aunque cada religión se crea original y única.
Maher también se atreve a cuestionar los milagros y mentiras como Santa Claus, esa infancia judía-cristiana en la que fue educado y en donde lo llenaron de mitos. Este punto termina por llevarnos al razonamiento de que las supuestas ilusiones infantiles sólo están basadas en mentiras y será más doloroso cuando el niño descubra lo real, ¿no sería mejor hablar con la verdad desde el principo, no imponer creencias si no se tiene certeza de ellas?, ¿no sería mejor que cada quién decidiera su religión?
No encuentro fallas en el guión, aunque quizás le faltó ser más serio, profundizar y ser menos agresivo en las bromas, no porque sea un error, sino para evitar a aquellos detractores que sólo ven una mofa en esta cinta y no analizan su sentido complejo. Le faltó ir hasta las entrañas para tener durante toda la cinta ese golpe fuerte y fulminante que logra al final. No darle respiro al espectador y así impedir que los fanáticos vean en esta cinta una burla en vez de un trabajo que puede servir para que muchos se sientan incómodos, y quizás, abran los ojos.
En la parte visual la cinta es dinámica, entretenida y durante las entrevistas se hacen referencias a películas religiosas para generar la risa y aparecen textos en la pantalla que van desmintiendo con argumentos sólidos lo que el entrevistado responde a las preguntas incisivas del comediante.
En sí, Reli...qué? es una cinta que (aludiendo a su título en inglés) deja en ridículo a las religiones, las hace ver como cuentos de hadas, historias demasiado bobas, basadas en libros supuestamente sagrados y además (lo más importante), nos demuestra el peligro que representa el pensamiento religioso para la humanidad, si el fin del mundo llega pronto en mucho tendrán que ver las religiones. Ya que no es cierto que el que cree no le hace daño a los demás, ya que las sociedades se manejan en gran parte a las normas morales de la religión, a sus estatutos, se juzga conforme lo que es pecado o no, la gente discrimina a los no religiosos, la fe es intolerante, por eso y coincido con Maher, lo mejor que le podría pasar a la humanidad es liberarse de las cadenas religiosas y ser libre, la gente creyente debe dejar de ser cómplice de sus líderes y permitir que la raza humana evolucione y despojarse para siempre de serpientes que hablan, de vírgenes falsas, de santos patéticos, en fin, de las mentiras...
CALIFICACIÓN: MUY BUENA.

sábado, 11 de julio de 2009

Hielo desgastado

El hielo ha perdido frescura y se está derritiendo. Este año llegó La Era del Hielo 3 (Ice Age: Dawn of the Dinosaurs) dirigida por Carlos Saldanha, quien participó como co cirector en la primera entrega y en la segunda parte ya se hizo cargo del proyecto, dejando claro que la historia del mamut, el tigre y el perezoso sólo funcionó cuando era original, lo demás es sólo ganancia económica.
La trama es la más incoherente hasta el momento (hace coincidir a dinosaurios con los animales de la era del hielo) y nos narra la vida en familia de Manny el mamut, quien se prepara para tener a su bebé junto a su pareja Ellie. Diego (el tigre) está envejeciendo y decide que lo mejor será separarse de sus amigos, ya que necesita una nueva aventura, Sid (el perezoso que dejó de ser tierno para convertirse en insoportable) se ve afectado ante esta desintegración de grupo y adopta a tres huevos de dinosaurio, los problemas comienzan y las persecuciones se desatan cuando la verdadera madre busca a sus hijos arropados por Sid.
La cinta tiene pocos aciertos, y si hay que encontrarle uno es que logra las risas de los niños, con caídas, bromas simples, un torpe perezoso y una obstinada ardilla que ahora pelea por su bellota con una hembra de su raza. Blue Sky Studios, a lo igual que Dreamworks, han demostrado que su mercado son los niños y no les interesa añadir un toque de arte a sus obras como lo hace Pixar, cumplen con su objetivo de buscar las risas y han reducido sus proyectos al disfrute del público infantil. Las carcajadas de los pequeños es el único aplauso que recibe esta entrega.
Fallas hay varias, más allá de la incoherencia de épocas al involucrar dinosaurios. El mayor error es que la trama ya no da para más, lo único que se conservan son los personajes y no me extrañaría pronto verlos fuera de la era del hielo, o en cualquier situación extraña, ya que esta tercera entrega llega al extremo con tal de hallar una nueva aventura para esta manada heterogénea. La cinta no aburre y quizás logra más risas que su antecesora pero luce desgastada, sólo sabe a fórmula vieja y ya no hay novedad ni sorpresa en los personajes, se desdibuja como le ha pasado a Madagascar y a Sherk, quizás por eso Pixar no sea muy devoto a las secuelas, sólo lo han hecho con Toy Story debido a que es su producto más exitoso y el cual se ha vuelto entrañable, sin embargo en cada cinta los juguetes con vida evolucionan y es justificado que ya pronto llega a las pantallas la número 3.
Toda la frescura de La Era del Hielo no apareció en la segunda parte y se desvanece en la tercera, dejando a sus personajes sólo como un pretexto para una historia de pastelazos y persecuciones. En esta cinta no se encuentra ningún interés de novedad o creatividad, mucho menos artístico como sucede en las obras de Pixar. En La Era... cuando los personajes parecen llegar a un momento conmovedor la acción regresa para recordarnos que en esta cinta no se vale pensar, todo se reduce a entretenimiento, dejándola a años luz de escenas conomvedoras de filmes como Up, Ratatouille o los treinta minutos iniciales de Wall-E que rayan en la obra maestra.
En lo que respecta a la calidad de la animación, La Era del Hielo sí ha sabido superarse a sí misma, las texturas de cada uno de los personajes es mucho más real así como de los paisajes en un principio cubiertos de hielo y conforme avanza la cinta al presentarnos un nuevo mundo selvático e impresionante que es parte importante del filme. La edición más vertiginosa hacen que la historia también transcurra con menos pausas y casi no hay momentos relajados en el filme, lo cual sirve para atrapar al espectador, sin embargo no es suficiente, entretener ya no basta en el cine dirigido para niños, la innovación debe ser el siguiente paso y en este caso no está presente.
Sin duda habrá más entregas de esta cinta, falta ver el desarrollo de personajes como Sid y Diego en nuevas facetas, observar cómo se las arregla Manny como nuevo padre y ver qué cantidad de incoherencias se les ocurre a los guionistas de esta trama que ya perdió la frescura, se derrite, y no hay cómo salvarla, ya no es un hielo, es una roca sólida y desgastada, muy lejana a su frío brillo original.


CALIFICACIÓN: REGULAR.



miércoles, 8 de julio de 2009

La búsqueda de un clásico

Michael Mann presenta en este 2009 Enemigos Públicos (Public Enemies), el director es conocido principalmente por trabajos como Fuego Contra Fuego, Ali, El Informante, Daño Colateral y Miami Vice, el común denominador de todas estas cintas es que no escatiman en gastos de producción y tratan de entregar una historia original que sepa mantener al espectador interesado en lo que ocurre en la pantalla. Su más reciente filme, en donde también abundan las estrellas, se une sin problemas a esa larga lista, aunque otra vez le falta la fuerza necesaria como para poder decir que Mann ha realizado su obra maestra, la cual parece no llegará.
La trama de Enemigos... nos cuenta parte de la vida de John Dillinger, uno de los asaltabancos más famosos en los años treinta, justo después de la gran crisis en Estados Unidos. Mann nos introduce a la forma de actuar del personaje, a la mafia existente en aquellas épocas, a la corrupción policiaca y a la creación de un nuevo sistema de investigación para atrapar a estos criminales, encabezado por J.Edgar Hoover y Melvin Purvis. De ahí en más, el guión se basa en los siguientes pilares: la caza de Dillenger, su manera de asaltar, el amor que se le aparece en la vida, escenas de acción y tratar de conocer a fondo a un personaje que se vuelve una leyenda, un ídolo de la sociedad.
A pesar de que no es un gran filme, sí cuenta con varios aciertos que lo hacen disfrutable. El primero de ellos es que está construido de manera clásica, imita en ocasiones a las primeras películas de gangsters y Mann trata de crear así una cinta que alcance esos niveles. Todo esto lo hace sin alejarse del entrenimiento que requiere el espectador actual, las escenas de acción se mantienen cuidadas, lucen frescas y dinámicas. Esto hace que no SE pierda el interés en la trama, provocado esto también por lo que trasnmite Dillinger en pantalla, un "villano" que se vuelve un héroe ante nuestros ojos y logra poner al público de su lado, deseando que sea libre, que no muera, que pueda consumar su rebeldía y su historia de amor que parece de cuento de hadas.
Otro gran acierto y que se agradece, es que Mann sabe que si su cinta no llega a ser un clásico, por lo menos reconoce a las primeras películas de este género. En los minutos finales vemos durante varios minutos (en pantalla completa) escenas de Manhattan Melodrama, filme protagonizado por Clarke Gable, William Powell y Myrna Loy, en donde también se narra una historia de amor y crimen. De esta manera, Mann establece un disfrutable paralelismo y añade a su obra esa necesidad de por lo menos acariciar la gloria de aquellos filmes de los años treinta, además que la escena es clave en Enemigos Públicos, lo cual añade otro nivel de lectura al hacer cine del cine, quizás estos minutos finales sean los más aplaudibles y los de mayor logro artístico.
Sin embargo la cinta tiene fallas, a pesar de que entretiene, el espectador no sale totalmente satisfecho, el impacto de la obra no es el deseado y uno no siente haber visto un filme trascedental. La acción y quizás la sencillez de la historia hacen que se pierda complejidad y profundidad, más allá de su lado romántico el personaje de Dillinger tampoco es explotado a fondo. Lo peor que le sucede a Enemigos... es que se convierte en un filme simple, con pocos matices, más allá de esto la película funciona, pero esta falla termina por hacer que muchos trabajos no pasen al siguiente nivel y sean sólo disfrutables pero no memorables.
En el aspecto visual hay dos logros importantes, el primero de ellos es la ambientación, Mann recrea de manera casi perfecta la década de los treinta, en vestuario, manera de hablar de los personajes, gestos, decorados, vehículos, realmente el filme se establece en aquella época sin problemas, me hubiera gustado que se corriera el riesgo de presentarla a blanco y negro para lograr con mayor efectividad esa sensación de ver una cinta representativa de esos años.
Por otra parte la utilización de grabar en video varias escenas es efectiva, sobre todo a las de acción en interiores, añade a la cinta mayor realismo y capacidad de hacernos sentir dentro de esos escenarios, aunque la modernidad de esta técnica pueda desentonar por momentos con la idea de un filme clásico.
El elenco es parte importane del glamour. Los tres roles principales recaen en los hombros de Johnny Depp (como Dillinger) Christian Bale (Melvin Purvis) y Marion Cottillard (Billie Frechette, el amor del asaltabancos). Depp logra mostrarnos una cara diferente a los personajes extravagantes que venía interpretando en los últimos años, su madurez le permite desarrollar un tipo serio, violento pero al mismo tiempo sensible, lastimado por la vida y con ansiedad de mostrar su poder, su rebeledía ante un mundo que lo despreció desde pequeño, sin duda logra soportar al personaje y la efectividad del filme radica en su buen desempeño. Por otro lado Bale cumple pero está desaprovechado, sus diálogos y su interpretación de un policía correcto, incorruptible y capaz es bien desempeñada, sin embargo le faltó un mayor duelo actoral con Depp para lucir, casi no conviven en la cinta y en la pocas escenas que lo hacen se nota que pudieron hacernos disfrutar más escenas juntos. El lado femenino tiene una gran representación, Cotillard muestra que su interpretación de Edith Piaf no fue una casualidad y logra darle varias dimensiones a su personaje, desde la chica tierna y sensible, hasta una mujer ruda capaz de defenderse, tiene una gran capacidad para convencer al espectador de todos los sentimientos que expresa, además que su enorme belleza fresca y natural, aunada a la gran expresividad de sus ojos le ayudan para que sus personajes hablen sólo con gestos.
Así, Enemigos Públicos es una buen filme para disfrutarse en el verano, aunque sus intenciones quizás aspiraban a convertirse en un clásico, una obra maestra de su director que dejó ver su lado más artísitico, sin embargo aún no le alcanza para dar el golpe contundente, ese que lo lleve de un buen contador de historias con potencia visual a un autor que recordemos por su creatividad o diálogos inteligentes, quizás en las manos de un director dispuesto a correr más riesgos y con mayor sensibilidad este filme hubiera perdido acción pero tal vez hubiera obtenido esos puntos que transportan al Olimpo conematográfico, ese lugar donde las cintas se vuelven inolvidables.
CALIFICACIÓN: BUENA.

viernes, 3 de julio de 2009

Música conciliadora

Eran Kolirin debuta en la pantalla grande como escritor y director con La Visita de la Banda (Bikur Ha-Tizmoret), un filme del 2007 que se estrena este año en México. La cinta resulta tan entretenida como conmovedora y seria, una combinación deliciosa que pocas veces se logra en el cine actual.
La trama es muy sencilla, una banda de música clásica, pertenenciente a la fuerza policíaca de Alejandría, llega a Israel al ser invitados para la inauguración de un centro cultural árabe en este país, sin embargo, al arribar descubren que no están en la ciudad correcta, están perdidos y es ahí donde inician sus dificultades culturales para comunicarse y desenvolverse en un terreno que aparentemente no los ve con buenos ojos.
La película tiene varios logros, el primero de ellos es que la comicidad que alcanza es en base a gestos, a situaciones cotidianas, a las expresiones contenidas de los integrantes de la banda egipcia y las reacciones de los israelís que deciden ayudarlos, la confrontación de personajes tan disímiles provoca por momentos carcajadas. A pesar de las diferencias al mismo tiempo se encuentran grandes semejanzas en los sentimientos humanos de los grupos, ya que las emociones no son exclusivas de ninguna zona, el dolor y el amor atacan a cualquiera por igual sin importar la cultura o la religión. La película se hace poética, contenida, alegre, vive en la pasividad, en cada emoción reprimida.
A pesar de que no abundan los diálogos y el filme prefiere navegar acompañado del silencio, cuando los personajes hablan lo hacen para decir algo importante, para narrar historias que los han marcado o que los afectan en el presente, dialogan para expresar todo aquello que la música quizás no pueda o sea demasiado doloroso como para dejarlo encerrado en el corazón.
La soledad en cada uno de los miembros de la banda es evidente, sobre todo en el coronel Tawfiq, líder de los músicos, quien carga con una tragedia familiar en los hombros, un personaje entrañable debido a que se asemeja a un caracol metido en su concha y conforme avance la cinta lo veremos asomar la cabeza, atreverse a la valentía, dejar el pasado atrás, incluso conocer el amor y cargar un poco de esperanza hacia el futuro, y todo esto gracias a la relación que establecen con tres israelís que deciden alojarlos en sus hogares debido a la falta de hoteles en la ciudad donde han quedado varados. Dina, una de las pocas mujeres en la cinta, pasará una noche inolvidable junto a Tawfiq, unas cuantas horas que podrán cambiar la vida de ambos.
El tiempo en el que se mueven los personajes no es más que un día, un momento, las horas que esta banda estuvo perdida en algún lugar de Israel, sin embargo es maravilloso todo lo que puede ocurrir cuando la soledad obliga a confrontarse con los sentimientos.
Pero quizás lo más importante de este filme es su bandera conciliadora entre árabes y judíos. Durante los noventa minutos de su duración, no hace más que mostrarnos que a pesar de las diferencias hay muchas más similitudes, el ser humano se ve envuelto en los mismos padeceres, es capaz de disfrutar del mismo arte, apreciar la cultura del supuesto enemigo, se agradece que el guión y esta historia sean capaces de mostrarnos sólo como humanos, alejados de cualquier discurso que pueda separarnos, y lo más valioso es que la cinta logra este mensaje sin ser obvia, lo hace con sutilezas, mostrando sólo la capacidad que tienen los humanos para convivir cuando lo único que importa es ayudar al prójimo. La película es refrescante y un baño de verdadera esperanza, no esa que sólo es una ilusión, falsa, sino aquella que permite darle el beneficio de la duda a nuestra raza.
En lo que respecta a las actuaciones tanto Sasson Gabai (Tawfiq) y Ronit Elkabetz (Dina) llevan el peso de la cinta, sin embargo todos los miembros de la banda así como los otros israelís logran crear personajes divertidos, memorables y lo más importante: en ellos abunda la naturalidad.
En lo que respecta a la parte visual, más que mostrar novedades es efectiva al interesarse por plasmar la desolación de algunos lugares de Israel, esos sitios donde la soledad abunda y el tiempo camina muy lento. Los detalles de los rostros y grandes silencios permiten apreciar cada gesto, ya que son tan importantes como las palabras en esta cinta.
Finalmente es gratificante poderse encontrar con estas pequeñas joyas del cine israelí que cada día confirma la calidad de sus producciones contemporáneas, poniendo el acento en historias que conmuevan. Es totalmente cierto lo que dice Eran Kolirin de su cinta: "Siempre me ha fascinado la música árabe. Por esa forma tan solemne y estricta que los cantantes tienen de interpretar canciones que, por otra parte, son trágicas y melodramáticas. En ese sentido, funciona de forma opuesta al rock, donde las letras no dicen nada pero son interpretadas con teatralidad. Quise que la película funcionara como una canción árabe, que en términos de lenguaje fuera contenida, pero que, a la vez, se sintiera la presencia de un melodrama que trata de aflorar.". Su filme es contenido, bello, pero quizás no tan melodramático, la comedia, y la carga de esperanza la hacen disfrutable y dejan un poco olvidado al sufrimiento, lo cual en cintas de este tipo se agradece, un aplauso a Kolirin y a su canto en celuloide.
CALIFICACIÓN: EXCELENTE