jueves, 23 de julio de 2009

El príncipe maduro

Tras realizar un filme regular y poco trascendente con Harry Potter y La Órden del Fenix en 2007, David Yates continúa a cargo de esta saga y este 2009 entrega un producto más maduro con Harry Potter y Misterio del Príncipe (Harry Potter And The Half-Blood Prince), lo que hace del más reciente filme del mago (ya adolescente) uno de los más adultos hasta el momento.
La trama nos narra el sexto año de Potter en Hogwarts. Dentro de su afán por aprender, se encontrará con un libro de magia avanzada que le pertenece a un tal Principe Mestizo, de esta manera Harry ganará poder. Al mismo tiempo, Voldermort ha elegido a Draco para matar a alguien importante, plan en el que está involucrado Snape, quien parece en esta cinta descubrir finalmente su verdadero rostro. Por otra parte, Dumbledore encarga a Harry acercarse más al nuevo profesor de pócimas Horace Slughorn, quien tras varios años regresa a la escuela de magia y a través de ganarse la confianza y entrar en sus recuerdos, Harry podrá descubrir secretos de la infancia de Voldemort, un paso importante para poder derrotarlo, ya que él es quien debe hacerlo. Aunado a esto, la cinta también agrega elementos románticos y por primera vez los tres personajes principales se ven vulnerables respecto al amor, principalmente Harry y Hermione, ya que como siempre, en Ron todo luce con tintes cómicos.
Uno de los principales aciertos que le veo a la cinta, más allá de no haber leído la novela, es que a comparación de las cinco anteriores se nota una intención real de hacerla un poco más oscura y madura, plantear a los personajes con verdaderos problemas humanos, más vulnerables y sin necesidad de mostrarlos poderosos. Otro aspecto importante es que la cinta es un poco más contenida, se toma su tiempo y se acepta a sí misma como un filme de transición rumbo a las dos entregas finales. El ritmo no es vertiginoso y eso se agradece en esta ocasión, ya que aunque muchos les parecerá aburrida por falta de acción, considero que es bien manejada y se aleja de la complacencia infantil en muchas ocasiones, aunque no del todo. La cinta luce bien estructurada, y como parte de un rompecabezas interesante.
Sin embargo hay fallas que le restan fuerza, a pesar de que no hay gran acción y eso me complace ya que el tono de esta entrega varía al de las anteriores, los efectos especiales que impactan en la secuencia inicial son poco utilizados a lo largo de la cinta, quizás explotarlos un poco más (sin abusar) y oscurecer así más el filme, le hubiera dado mayor personalidad. Considero que las escenas más disfrutables de este filme se presentan cuando aparecen personajes como Bellatrix (interpetado por Helena Bonham Carter), este tipo de secuencias son las mejor logradas cinematográficamente.
Aunque es humor inglés y quizás la novela lo maneje de esa forma, considero que para concretar un filme que pretende ser oscuro y apartado de la vena infantil de las demás entregas, el humor tendría que salir sobrando o presentarse en cuotas mínimas y aunque en esta cinta disminuye, aún es molesto para un filme con un final que se acerca a la tragedia.
Hablando del final, me parece que para ser un hecho tan relevante en la saga le faltó más impacto, más preparación, emoción, efectos especiales más imponentes. La cinta parece no darle tanta relevancia a un hecho importante y la conclusión es anticlimática a pesar de lo que ocurre.
En lo que se refiere a la parte visual, la cinta no se supera a sí misma, y no es novedosa, rescato la secuencia inicial, pero este tono desaparece. Lo mejor radica en el plano actoral. Por primera vez Daniel Radcliffe, Ruper Grint y Emma Watson son capaces de demostrarse como actores adultos, expresar sentimientos diferentes, se les nota la experiencia y el dominio de su personaje, así como una gran química entre ellos que hace muy creíble su camaradería, en verdad transmiten su amistad de años y cada uno lleva su papel al mejor punto hasta el momento, sobre todo Radcliffe a quien se le nota que ha adquirido experiencia en el teatro y que si logra despojarse de los anteojos de Potter podrá ser un gran actor. No menciono a los adultos porque todos se mantienen en su condición aceptable, Alan Rickman (Spade) sobresale al tener mayor relevancia su personaje.
Finalmente, considero que esta película, junto con la cuarta entrega (Harry Potter y El Cáliz de Fuego) han sido las mejores hasta el momento, las más maduras y las que en verdad pretenden acercarse a la oscuridad. Ahora sólo resta esperar por el final de la saga, aunque la mayoría de los potenciales espectadores ya sabe cómo concluye, por lo que el qué no será tan relevante como la manera de presentarlo. De cualquier forma, ninguna obra fílimica de Potter hasta el momento puede ganarse el adjetivo de memorable o de una obra importante en el cine, quizás sea porque el libro no le permite llegar más allá, caso contrario a lo ocurrido con El Señor de los Anillos que con menos cintas y novelas logró una mayor fuerza. Quizás, también la causa se deba a que Potter ha estado siempre (a excepción de Cuaron) en manos de directores menores. Más allá de esto, siete libros y ocho películas es demasiado para una historia que durante muchos momentos cinematográficos resultó cansada, aburrida y que recién ahora cobra algo de fuerza. Potter es una de esa sagas que sólo los fanáticos son capaces de disfrutar totalmente.


CALIFICACIÓN: BUENA.

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