martes, 29 de diciembre de 2009

Un Avatar vacío

El director de Terminator, Aliens y Titanic, James Cameron, llevó a cabo su sueño realidad este 2009 gracias a la tecnología y a varios millones de dólares, por fin concretizó Avatar, un filme espectacular en lo visual, que promete para más entregas, pero que se queda muy corto en el guión, el cual es inversamente proporcional a la calidad de sus efectos especiales.
La trama se centra en Jake Sully (Sam Worthington), un ex marine quien está destinado a vivir el resto de su vida en una silla de ruedas y que es enviado a Pandora, un planeta lejano para participar en un proyecto científico en el que estaba involucrado su hermano gemelo. Este proyecto tiene como fin la creación de los avatar, cuerpos vivos pero que son controlados por otra persona a través de una máquina sofisticada que permite la conexión cerebral, así Sully tiene la oportunidad no sólo de volver a correr y sentir, sino de involucrarse en la vida de su nuevo hogar, ya que su avatar es idéntico a los Na'vi, la cultura más desarrollada de Pandora. Por otro lado, el ejército de Estados Unidos más que descubrir los secretos del lugar y hacer contacto con la civilización, busca explotar los suelos de Pandora para apoderarse de un mineral valioso para proveer de energía a la Tierra. Sully se ve envuelto entre dos misiones; simpatizar con los Na'vi para descubrir más de su cultura (origen del proyecto Avatar) e infiltrarse como espía para proveer de información al ejército.
Lo más destacable del filme de Cameron sin duda es la parte visual. Cada centavo gastado se nota, los mundos de Pandora son de ensueño, los movimientos de cámara, la tecnología para desarrollar a los avatar y hacerlos expresivos, que se pueda sentir el trabajo de los actores a pesar de no estar ahí. Es evidente el uso de la tecnología que permitió grabar cada detalle de los gestos. Por otro lado, las criaturas de Pandora sino son originales si se ven bien logradas, particularmente las montañas, que hacen que visualmente la cinta sea inolvidable desde su comienzo. Flores y árboles que se encienden, animales con ojos de neón, Cameron crea un sitio lleno de energía, groovy, casi hippie, psicodélico, lo que hace de esta experiencia casi un viaje místico. No hay duda, visualmente Cameron quizá logró la mejor película en mucho tiempo, el problema radica en que el cine no es sólo eso.
Su mayor defecto es la falta de originalidad. Lo que en un comienzo se plantea como una cinta de ciencia ficción en donde veremos cómo alguien puede controlar un cuerpo desde una máquina y el descubrimiento de un nuevo mundo, termina por convertirse en la misma historia de conquista y de buenos contra malos que hemos visto siempre. Cuando se está frente a esta cinta se tiene la sensación de observar varias películas al mismo tiempo, el guión parece una mezcla de Pocahontas (el conquistador que se enamora de la nativa), El Señor de los Anillos (en las criaturas fantásticas y el mensaje ecológico incluido) o Matrix (parte de los efectos especiales y la idea de un elegido) sólo por citar algunas. No hay mucha coherencia en lo que plantea Cameron, su filme se basa más en la acción y en que todo luzca bello más que en presentar personajes conmovedores, secuencias creíbles y una idea concreta de lo que quiere comunicar.
La ideología al principio de cuentas parece ser que el humano siempre acaba con todo, que no respeta, que debemos aprender a estar en contacto con la naturaleza y hacer esa conexión mágica que tienen los Na'vi, los cuales por un momento son planteados como seres desarrollados que conocen los secretos de su planeta, pero al mismo tiempo como una civilización muy rústica que basa todo su poder en un árbol de almas y en rezos grupales que dan risa.
Además, más allá de toda la independencia y espiritualidad que poseeen los Na'vi, su futuro recae en un norteamericano en silla de ruedas, un perdedor que deberá enfrentarse a un malo muy malo y ambicioso. Cameron pone así los clichés y las fórmulas básicas, su cinta no tiene un sólo diálogo memorable y el guión sin duda hace agua, pero esto puede pasar por desapercibido si sólo nos fijamos en lo que se ve y no en lo que se siente.
Por otra parte, más allá de los cabos sueltos y que hay que concederle a la cinta todos sus errores argumentales para pensar que todo va bien, hay secuencias que sirven para una serie televisiva pero no para un filme que costó tanto. Cito como ejemplo el escape de Jake Sully de la base militar para instalar su "sucursal" clandestina del manejo del avatar, la cual nunca se sabe cómo logra funcionar. Hay muchos huecos que no se explican y más vale no seguir con la lista porque podría ser muy larga.
En la parte actoral lo más destacable es que los avatar lucen como seres reales, lo que es animación por computadora se ve como maquillaje y tanto Sam Worthington como Zoe Saldana, quien interpreta a Neytiri (princesa de los Na'vi y pareja de Sully) logran alta expresividad adentro de sus "máscaras", sin embargo no hay nada destacable, ya que se prioriza la acción y hay pocas escenas que requieran un alto esfuerzo histriónico. De cualquier manera, Worthington logra consolidarse como un héroe creíble de acción y muestra que tiene el talento suficiente para atreverse a separarse de este terreno en un futuro y ahondar en los dramas, por lo pronto su próxima cinta a estrenarse (The Debt, un filme que aborda el tema nazismo) está a cargo de John Madden, director de Shakespeare Enamorado.
Así, Avatar puede definirse como los excesos de Cameron, como su locura, el juguete grande, grande, que siempre deseó y que por fin tiene en sus manos, un parque de diversiones para el sólo, no más, su valor cinematográfico no va más allá de lo espectacular que luce. Avatar es el título perfecto para este filme, ya que no representa algo más que un cuerpo vacío, con poca sustancia y que si no hay nadie manejándolo desde una máquina termina por desmayarse. Eso le pasa a este filme, se cae, se desploma porque es sólo forma, le falta mucha sustancia que llene todo el cuerpo que es, quizá sea porque el director que controla la máquina, hace mucho dejó de preocuparse por los guiones y sólo se divierte como un niño con su juguete, aunque Cameron no debe preocuparse, en su kindergarden lo acompañan el George Lucas de los últimos años y un Steven Spielberg que no encuentra la brújula.


CALIFICACIÓN: REGULAR.



1 comentario:

  1. Hola, he tpado con tupagina, y mira mi hija mayor acaba de llegar a casa despues de ver la peli Avatar, y la encontro super. Yo tengo ganas de verla tambien. Lo que no entiendo porque criticas la peli, acaso eres capaz de crear algunas y tener ideas originales...las criticas vacias no me van...hay otros mundos, te quedarian falto de argumentos, crealo...

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