lunes, 2 de febrero de 2009

Vacío desesperanzador

La nueva película de Sam Mendes, Sólo Un Sueño (Revolutionary Road), es otro triunfo del director en su intento por mostrar las frustraciones que reina en varios habitantes estadounidenses que aparentemente deberían ser felices con su trabajo, la vida confortable y la familia que han formado.
La trama nos introduce en la vida de Frank (Leonardo DiCaprio) y April Wheeler (Kate Winslet) un matrimonio en el cual las heridas de las frustaciones van desgastando la relación. Ella no pudo ser la actriz que siempre quiso y debe resignarse a fungir como ama de casa, por otro lado, él está hundido en un trabajo carente de motivaciones y que no tolera, sin embargo dos hijos y mantener un nivel de vida aceptable lo obligan todos los días a ser uno más, ponerse la cobarta, el sombrero y salir rumbo a la gris empresa en la que labora.
A pesar de estar ubicada en los años cincuentas, el filme es totalmente atemporal, ya que varias mujeres y hombres en la actualidad son parte de estos matrimonios en donde ambos deben sacrificar sus sueños y potenciales para permanecer en una relación vacía, sin esperanzas.
El guión en sólido y uno de sus principales aciertos radica en no mostrar a ningún género más afectado que el otro, el matrimonio se va desmoronando igual por ambas partes, ella al no poder escapar de su vida de ama de casa comprensible, callada, sumisa y él ante esa obligación de ser el hombre que debe encargarse que nada falte en el hogar y asegurar el futuro de la familia, un tipo lleno de miedos a ser lo que quiere, con temor a renunciar a la seguridad que le ofrece un trabajo agobiante aunque bien remunerado.
La hipocresía de las familias felices es otro tema abordado en el filme, ya que no todos los matrimonios se toman el tiempo como Frank y April para reflexionar sobre su infelicidad, para cuestionarse, y simplemente viven como si todo estuviera bien, en una sociedad en la que atreverse a romper los esquemas es considerado algo semejante a la locura, estado que se encarna en el personaje de John Givings (interpretado por un espléndido Michael Shannon), un hombre que cayó en la locura y ha perdido la hipocresía, un ser que habla con la voz de la verdad aunque ésta suene imprudente, desestabilizadora.
El filme tambien cuestiona los valores de la sociedad norteamericana tradicional, esa que ve en el aborto un acto atroz, a pesar de que un nuevo hijo no sea querido por ninguno de los padres, éste debe venir al mundo. La cinta retrata la falta de libertad de la mujer para decidir sobre su cuerpo al estar sometida a hombres que imponen sus opiniones por la fuerza. Un hijo que lo único que representa es atarse más a una relación ya podrida por las frustraciones.
Aunque no con un discurso directo, la cinta también es una crítica al sistema económico y político de los Estados Unidos, ya que muestra a la sociedad norteamericana más preocupada por la acumulación de riqueza que por disfrutar cada momento, la gente termina por sólo existir en vez de sentir, de vivir.
En lo que se refiere a las actuaciones, Kate Winslet tiene bien ganada su nominación al Oscar como mejor actriz, ya que su rostro nos muestra a una mujer que poco a poco va perdiendo los sueños, las ganas de vivir, una esposa que transforma sus ilusiones en odio. En lo concerniente a Leonardo DiCaprio desde que era un niño su capacidad actoral está más que demostrada, sus filmes junto a Martin Scorsese también lo hicieron madurar y me atrevería a decir que está mejor que Winslet. DiCaprio se merecía más la nominación que Brad Pitt por su Benjamin Button, ya que hace mucho más sin necesidad de maquillaje, sin embargo este filme fue poco considerado por la Academia, Sam Mendes también fue ignorado, quizás por los temas que toca y al ser un golpe al estilo de vida americano, este filme no fue reconocido como merecía.
Es difícil encontrar una falla en Sólo..., Mendes hace una excelente adaptación y ambientación de la novela de Richard Yates y logra mantener la tensión con los problemas de un matrimonio de clase media.
El director muestra madurez con este filme, que quizás para muchos no sea mejor a Belleza Americana, sin embargo es un paso que reafirma a Mendes como uno de los mayores críticos de la clase media norteamericana, su más reciente cinta es poderosa, perturbadora y memorable.
Como punto final, tal vez el tema que trata pueda parecer superficial cuando hay millones de personas que ni siquiera tienen tiempo de reflexionar si están desesperados o frustrados y sólo luchan por sobrevivir día a día, sin embargo para aquellos que tienen cubiertas sus necesidades básicas este filme servirá para cuestionarlos, para que se pregunten si son felices con sus casas de dos pisos, su familia, su perro, su trabajo de corbata, ser madres dedicadas y dejar los sueños empolvados porque quizás no había otra opción más que convertirse en lo que un hombre y una mujer están destinados a ser en estas sociedad donde el dinero nos mueve como títeres.
CALIFICACIÓN: MUY BUENA

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