jueves, 26 de febrero de 2009

Premio a la esperanza

Es difícil describir a una película tan exótica como Quisiera Ser Millonario (Slumdog Millonaire), la más reciente entrega de Danny Boyle (Trainspotting, The Beach, Sunshine) y que el domingo pasado se agenció ocho Óscares, incluyendo Mejor Película y Mejor Director.
La trama nos envuelve en la vida de un joven llamado Jamal que ingresa a un programa de concursos en donde podría convertirse en millonario, increiblemente sabe todas las respuestas cuando su condición social y educación no le permitirían contestarlas de manera correcta, por lo que se piensa que hizo trampa, de ahí en más (a través de flashbacks) nos dedicaremos a conocer la infancia de Jamal y nos daremos cuenta porqué es capaz de responder.
A través de la infancia de Jamal y su hermano Salim, Boyle hace un recorrido por la realidad de la India, retrata la miseria, el abuso infantil, la basura, casi nos hace respirar los malores olores. La corrupción y la violencia también son reflejadas de manera cruda, la cinta por momentos no es más que un espejo de la realidad, casi un documental de dos niños luchando por su vida en un ambiente hostil que no les ofrece un futuro seguro. A la cinta también la rodea una historia de amor -clave en la trama, entre Jamal y Latika, una niña que conoció en su infancia, ambos víctimas de la explotación.
Las virtudes técnicas del filme son enormes, la edición frenética o calmada según lo requiera la emoción del momento, el manejo de cámaras en planos poco utilizados con regularidad y toda la musicalización le dan un ritmo impresionante que no suelta al espectador y hacen al filme inolvidable, impactante al cerebro y fácil de colocarse en la memoria. En lo que se refiere a estilo la cinta no muestra fallas. Boyle logra perfectamente lo que quiere visualmente, tanto al momento de retratar la realidad de la India como a la hora de situarnos en el programa de concursos. Este es uno de los mayores aciertos del filme, ya que Boyle nos hace sentir como si en verdad estuviéramos viendo un programa de televisión e incluso como si nos encontraramos en el set, de hecho en la sala de cine se genera la misma tensión en los espectadores que la que existe entre los asistentes al show que ansían que Jamal se haga millonario. El director británico logra así, de manera extraordinaria, retratar paralelamente una realidad de miseria junto al sueño de escape, que van convirtiendo en a Jamal en una celebridad que representa las esperanzas de todo un país.
Sin embargo, Slumdog no es un filme sin errores, ni perfecto, mucho menos la mejor obra de Boyle a pesar de ser multipremiada. Son varias fallas las que pueden apreciarse, comenzando con la actuación, por más natural que puedan presentarse todos los actores locales, ninguna interpretación es memorable, simplemente cumplen.
El guión trata de darnos a entender el poder del destino ante la adversidad, el valor de los sueños, el amor ante el dinero y sin embargo el final de la cinta no es congruente ni con la idea del destino (y apela más a la suerte) ni deja en segundo plano el convertirse en millonario.
La película se cae al final no tanto por la resolución, más bien porque la conclusión no es coherente con una trama tan cruda, realista y termina por hacerse superficial, convirtiéndose más en una historia de amor y superación, algo que encanta a la Academia y es por eso que fue tan premiada. Más allá del homenaje al cine de Bollywood, una historia tan poderosa requería un final más sólido, menos superficial y que no se asemejara a una telenovela de las diez de la noche, repito, no hablo del destino de los personajes, quizás se necesitaba ser más crítico o incluso más poético.
La escena final de baile durante los créditos es entretenida pero termina por hacer aún más superficial una cinta que en su parte final parece olvidarse de la realidad planteada en todos los minutos iniciales.
Boyle realizó una película más agradable para los ojos de la Academia porque en el fondo no es crítica, es sólo un espejo donde habita la pobreza pero siempre estará el destino y la esperanza para levantarnos, contrario a Trainspotting en donde se criticaba al capitalismo, al consumismo, en donde se era más transgesor y se mostraba un mundo decadente.
Sin duda, aunque presuma premios, Slumdog... no es más que Trainspotting ni que Sunshine (un fracaso comercial en donde en la búsqueda del sol se encontraba el humano a él mismo), casi siempre los directores suelen llevarse premios por trabajos más complacientes y menos críticos. Por citar sólo dos ejemplos, Scorsese no fue galardonado ni por Pandillas de Nueva York o por La Ultima Tentación de Cristo y sí por Los Infiltrados, una cinta perfecta en manufactura pero menos crítica. Y los hermanos Coen fueron reconocidos con Sin Lugar Para Los Débiles, una película regular en su filmografía y que sólo retrata una situación violenta, alejada de la belleza existencialista y obra maestra que presentaron en El Hombre Que Nunca Estuvo.
No hay duda que Boyle se merece estos premios por su carrera, sin embargo me gustaría saber si Quisiera... se hubiera llevado tantos reconocimientos si la esperanza final no existiera en su guión, sin esos sueños que el destino guarda incluso para el más marginado.


CALIFICACIÓN: BUENA.

3 comentarios:

  1. Mi buen, parece que en esta ocasión concidimos.

    Era una historia que prometía y al final termina cayéndose. El romance me pareció burdo y un tanto superfluo. Latika en realidad es una oportunista y Jamal es epítome de la ingenuidad, pese a la mala vida que lleva. Aún así lo puedes achacar a los caprichos del corazón y gozar de la ingeniosa forma de contar la historia y la cruda recreación de la sociedad india.

    El final es el que termina desconcertando, teniendo a una banda de mafiosos tras la pista de la chica y anteponer al destino como reducto final para salir de una cruda realidad que de inicio se aborda, te deja con un sabor amargo al finalizar la película.

    Creo que más allá de que la Academia es fanática de este tipo de historia, la coyuntura en la que estamos influyó. La profunda crisis económica en que está sumida el mundo demanda historias que evoquen esperanza, esta en particular es una buena (aunque yo no sea fanático de las mismas).

    Saludos Ro, de Alan

    P.D. Algún día iba a publicar un comentario.

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  2. En efecto, me gusto la pelicula, pero ese final fue bastante flojo... algo rosa, cursi, aunque creo que se quedo en un intento de darle un matiz alentador, despues de tanta despresion sufrida con la vida de Jamal, jajaja

    La verdad yo no la fui a ver por los Oscares, sino pq mi suegra, una seniora en sus 50 y algo, irani, me la recomendo, jajajajaja, mucho antes de cualquier premio.

    Creo que la premiacion viene de la mano del boom punjab, bueno, Bollywood, que hace unos anios fue el boom latino, el boom negro, boom del maquillaje, etc etc...

    En fin...
    ya viste la de "The Boy in the Striped Pyjamas", una mas para el cine nazi?

    Saludos ex companiero!

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  3. En efecto Ana, todos esos factores que mencionan seguramente ayudaron para ser considera como la mejor película, cuando muchas otras la han superado este año.
    Sí ya vi la del niño con el pijama de rayas y no me convenció del todo.

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