miércoles, 10 de junio de 2009

Star Trek: la definición del verano

J.J. Abrams es uno de los hombres más exitosos de la televisón estadounidense al escribir, dirigir y producir series como Alias, Lost y Fringe. En este año se encargó de dirigir y llevar a la pantalla grande la serie clásica de los años sesenta, Star Trek. Abrams, al realizar este filme, volvió a aplicar la fórmula correcta para emocionar y entretener, esa que le ha dado grandes resultados, otra vez su reputación de generar éxitos sigue firme y las taquillas se lo agradecen.
La trama de esta nueva cinta intergaláctica nos adentra a los comienzos de todo. Los dos personajes clásicos y más importantes, Kirk y Spock, son desarrollados desde la infancia (con cuestiones breves pero que definen su destino y personalidad) hasta el momento de encontrarse en la nave USS Enterprise en la cual tendrán que luchar contra Nerón, líder de los romulanos, los villanos de esta cinta, quienes buscan venganza y destruir los planetas asociados a la Federación para vivir libres. Nerón ansía recuperar un lugar para vivir, ya que acusa a Spock de haber destruido su planeta. De ahí en más, viajes en el tiempo, teletransportación, rivalidades entre los personajes y uno que otro monstruo será parte de esta aventura que no da descanso al espectador.
Uno de los aciertos de J.J. es respetar elementos de humor y el estilo de la serie para los fans de la misma, los cuales son los primeros críticos cuando una película no es fiel a la esencia. Las personalidades de Kirk y Spock no sólo se mantienen sino que se acentúan, uno como un ser arrogante, aventurado pero al mismo tiempo consciente de su responsabilidad y el segundo con una gran inteligencia y renuente a mostrar sus sentimientos. A la materia prima original el director agrega mejores efectos especiales y una excelente banda sonora que modernizan a la cinta, otra vez los sonidos son de gran importancia en un trabajo de Abrams.
Hay varios aciertos en el filme, el principal es que la cinta nunca deja de ser entretenida para el espectador, es ágil y no se estanca. El manejo de la acción y del suspenso son bien llevados y la película crece segundo a segundo en aventuras y en pocos minutos, aunque no seamos fans, ya estamos adentro del mundo Star Trek, es admirable que esta película pueda ser apreciada por cualquier cinéfilo más allá de que se pertenezca o no a los seguidores de la serie, quienes sabrán apreciar los detalles. Los personajes están bien trabajados para el fin que busca la cinta que es la emoción y lo logra sin necesidad de caer en escenas de acción desproporcionadas. El humor está presente pero no llega a ser molesto como en otros trabajos que buscan momentos relajados, aquí se sienten naturales y parte del mundo que rodea al filme.
A pesar de estos logros, si la cinta tiene una falla es no querer ser más. Se conforma con representar bien a los filmes de verano y entregar un buen paquete de diversión, acción y emociones, sin embargo faltó un poco de mayor profundidad a los personajes, ensombrecer por momentos la cinta con mayor conflicto y tomarse un respiro para desarrollar más a los personajes, darles un toque de mayor complejidad, aunque, claro, esto no fue algo que omitieron sin saberlo los creadores, se nota la intención de ser rápidos y en pocos minutos estar en el grano, quizás en las secuelas puedan tomárselo con más calma, un filme un poco más adulto hubiera llevado a esta cinta a otros niveles en lo que respecta a la ciencia ficción.
En cuanto a las actuaciones, los dos jóvenes que llevan el peso son Chris Pine como Kirk y Zachary Quinto interpretando a Spock. El primero es casi un novato en el cine, aunque había tenido participación en pocos capítulos de diversas series como Six Feet Under o ER. El segundo, con mayor experiencia, tiene su mayor trayectoria en las series, destacando su labor en 24 y en Héroes, en donde interpreta a Sylar. Ambos están bien, no maravillosos, pero cumplen, el primero muestra un personaje que se hace odiar al mismo tiempo que va enseñando las características de héroe que le vienen por genética. Quinto sobresale debido a que Spock es un personaje maravilloso, un ser que debe controlar sus sentimientos y que su conflicto interno es mayor al ser hijo de una humana y un vulcano, debe aprender cuándo ser paciente y cuándo estallar, su destino también lo marca y Quinto logra explotar bien las características de Spock. Dos actores con más experiencia dan soporte al filme, Eric Bana interpretando al villano Nerón. Entre tanto maquillaje Bana se pierde y no da una de sus mejores actuaciones, el personaje tampoco le da para mucho, el "malo" de esta cinta es uno de los personajes más flojos y le faltó mayor tiempo en pantalla y conocer más su problemática para, si no justificar, sí comprender con más claridad su móvil, su maldad. Una sorpresa es encontrarnos con Winona Ryder como madre de Spock, ya se la ve madura. Y aunque su personaje es pequeño logra mostrar su experiencia actoral, quizás con este trabajo pueda volver al estrellato de sus inicios, ya que a pesar de que no ha dejado de actuar ha perdido brillo y presencia en los grandes proyectos. Un agasajo para los fans es la presencia de Leonard Nimoy, quien fuera el Spock original en la serie, interpreta al mismo Spock sólo que el del futuro, lo que emparenta a este filme con la tradición de la que proviene.
Así, J.J. Abrams logra un buen primer filme de lo que será una nueva saga de Star Trek, la siguiente cinta planea su estreno en 2011. Quizás profundizando más, adentrándose en la ciencia ficción, conflictuándo más a sus personajes y haciéndolos ver vulnerables como ocurre en Lost, Abrams logre que Star Trek se transforme en una película más madura y la haga trascender. Por ahora se ha conformado con ser simple entretenimiento, eso sí del bueno, y que sirve para definir lo que es una película de verano.


CALIFICACIÓN: BUENA.

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