lunes, 1 de junio de 2009

Un espacio para las letras

Una pasión secreta (The Reader), es un filme que demuestra que la literatura puede encontrar un lugar en cualquier persona y el placer que genera la lectura va alejado del pasado o los crímenes cometidos, las palabras al oído quizás puedan resultar un alivio.
El director Stephen Daldry (Billy Elliot y Las Horas) da otro paso seguro en su carrera con este filme, quizás no supera a sus anteriores dos cintas, sin embargo le sirve para consolidarse y acercarnos desde otra perspectiva al nazismo y a las implicaciones que tuvo durante la Segunda Guerra Mundial.
La trama, que da inicio en 1995 pero que en instantes nos remonta a 1958, se centra en la relación entre el joven Michael Berg y Hanna Schmitz, ella por lo menos quince años mayor que él. En un encuentro casual ella atiende a Michael que se siente mal mientras camina cerca del departamento de ella; luego de tres meses de recuperación, él la buscará para agradecerle y ambos entablan una relación amorosa pero al mismo tiempo extraña, ella es autoritaria con él, no lo trata con ternura, sin embargo lo inicia en el arte del sexo, a cambio el joven tiene que leerle novelas de diferentes autores para poder acceder al cuerpo e Hanna. Tras una separación repentina, que deja dolido a Michael, él descubrirá años después que su amor de verano está siendo juzgada por crímenes cometidos contra los judíos durante la guerra.
Uno de los principales aciertos del filme es el desarrollo del personaje de Hanna, una mujer con varios matices, que al mismo tiempo que nos muestra su cara dura, misteriosa y en donde se puede evidenciar que hay algo oculto, aunque por momentos se nos revela como alguien sensible, capaz de conmoverse hasta las lágrimas con diversos pasajes literarios y que llega a sentir amor por este chico que refresca su vida. En Hanna podemos ver a una mujer llena del sentido de responsabilidad y el deber a pesar de sus desconocimientos. El tema del analfabetismo en el personaje de Hanna es clave para captar la lectura completa de la cinta, ella necesita de alguien que la acerque a ese mundo lejano de libros y palabras, alguien que a través del conocimiento le haga comprenderse a ella misma y le quite ese escudo de la ignorancia que carga.
Daldry maneja de forma correcta los tiempos, nos introduce primero a una historia de amor casi prohibida, retorcida, sin embargo poco a poco sentimos atracción por ambos personajes y su relación oculta, cuando el principal tema del filme es destapado la cinta adquiere otro tono y se vuelve más seria, profundiza en lo que significa la justicia. Otro logro es mostrar cómo una persona puede marcar la vida de otra. A pesar del poco tiempo compartido entre Hanna y Michael, él se verá afectado para siempre por esos meses, su vida no podrá dejar atrás a esa mujer misteriosa que le encantaba que le leyeran.
En cuanto a los errores de la cinta yo destacaría dos. El primero de ellos que sea hablada en inglés. No me cansaré de defender en este espacio la postura de que las películas deben ser habladas en el lenguaje de dónde son originarios los personajes. Los alemanes deben hablar en alemán y no con acento británico. La cinta pierde fuerza y le pasa lo mismo que a El Niño Con El Pijama de Rayas. Esta película en alemán hubiera adquirido mayor personalidad y honestidad, una visión desde el centro de los hechos. Otro error es que la cinta tampoco llega a conmover con gran fuerza, no se pide llevar al espectador a las lágrimas, pero sí tener más puntería hacia los sentimientos para que resulte una obra desgarradora, al final del filme nos sentimos sólo como testigos de una historia y no tanto parte de ella, la cinta no golpea la mente, sólo pasa enfrente de nosotros como una triste postal. Las críticas han señalado que es un error pretender ternura o sentimientos en alguien que perteneció a la SS, para mí no esto no es un falla, al contrario, aplaudo esta óptica y que se pueda abordar el tema desde otro ángulo.
En lo que respecta a las actuaciones, Kate Winslet como Hanna y Ralph Fiennes como Michael cumplen. Sin embargo no me parece que Winslet merecía por esta interpretación el Óscar, su trabajo no alcanza a ser ni la mitad de bueno que lo logrado por Meryl Streep en La Duda. De hecho Winslet luce más sólida en Sólo Un Sueño (cinta dirigida por Sam Mendes). No hay en fallas en su trabajo en Una pasión... sin embargo tampoco luce brillante ni logra un alto impacto, además la caracterización de sus últimos años tampoco le ayuda para mostrar a una Hanna acabada por el tiempo. La actriz cumple porque el personaje resulta complejo en el sentido que contiene varias facetas, aunque no dan ganas de darle un premio al finalizar de ver el filme. Fiennes como siempre, certero, sabe de lo que se trata su personaje y lo desarrolla sin problemas, es un buen apoyo en el que la cinta se sostiene para narrar la vida de Michael de adulto y ver cómo lo ha afectado su pasado, sin embargo al actor se le recuerdan mejores momentos, por ejemplo Spider de David Cronenberg o más recientemente en La Duquesa, sin olvidar, por supuesto, su destacada participación en La Lista de Schindler.
En la parte visual, el mayor acierto es la correcta ambientación en los años cincuenta, los tranvías, el vestuario, las calles de Alemania, los veranos europeos. Los saltos de presente a futuro también le dan al filme una movilidad interesante, sin embargo faltó mayor fuerza en la historia que nos muestra al Michael mayor.
Daldry se sigue mostrando como un director interesante, sin embargo, en este filme le faltó la oroginalidad y potencia dramática mostrada en Las Horas (una historia a la que no se podía ser indiferente) o la frescura de Billy Elliot, que conmovió con su sencillez. The Reader no será el filme por el que se lo reucerde aunque tampoco es un paso en falso. Me quedo con el goce de las palabras, con esa relación que la cinta establece entre las letras y el sexo, con ese escape infinito que se encuentra en los libros.

CALIFICACIÓN: BUENA.


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