martes, 1 de septiembre de 2009

Más amor que ciencia

Lo más destacable de Te Amaré por Siempre (The Time Traveler's Wife) es la excelente química que muestran en pantalla los actores Eric Bana y Rachel McAdams, quienes a través de sus interpretaciones mantienen a flote y llevan a puerto seguro a esta cinta dirigida por el alemán Robert Schwentke, de corta y poco relevante trayectoria.
A pesar de que el director no tenga un gran nombre y de que el título en el español de la cinta nos devele una historia solamente de amor, la visión de los viajes en el tiempo agrega fuerza a este filme. La trama se basa en la vida de Henry DeTamble, un hombre afectado por una enfermedad que lo hace viajar en el tiempo, lo peor es que además de trasladarse a otros años de su vida no puede intervenir ni cambiar nada de su pasado o futuro, lo cual lo hace por ejemplo observar varias veces cómo muere su madre cuando era un niño. Sin embargo la historia fundamental es cuando en uno de sus viajes al pasado, un Henry de alrededor de cuarenta años se encuentra con Clare Abshire una niña que se enamorará de este personaje que la convence de que es un viajante en el tiempo y con el cual se casará cuando ella sea grande, de esta forma nos damos cuenta que Henry se trasladada recurrentemente a los momentos más importantes de su vida.
Más allá de la química actoral que muestran Bana y McAdams, el mayor acierto de esta película es que se nos narra una historia de amor eterno, se toca el tema de la muerte, la fragilidad de los momentos, la imposibilidad de derrotar al destino pero combinada con el aderezo de los viajes en el tiempo, lo cual agrega un mayor punto de interés a una simple historia romántica.
Esta propuesta que busca (aunque no siempre encuentra) agregar mayor inteligencia al guión, hace que Te amaré... se vuelva un poco más compleja y agradable para varios tipos de espectador.
En el aspecto visual tanto en lo que respecta a fotografía como edición la cinta es elegante y no apela a grandes efectos especiales para ejemplificar los viajes en el tiempo, cuando Henry desaparece de un lugar, se esfuma y se borra de la pantalla como un recuerdo que se pierde. La cinta no pierde ese toque narrativo y de novela de la cual se origina, al estar basada en el texto de la escritora estadounidense Audrey Niffenegger.
Pero quizás el mayor logro es la capacidad de conmover del filme, aunque el espectador no quede completamente satisfecho al final, es indudable que Te amaré... es de las cintas capaces de generar lágrimas, más que por el poder de su guión lo logra porque los dos actores principales están bien dirigidos y entre ellos se genera una relación memorable en cintas donde el amor es el pilar fundamental.
Los errores radican cuando se sale del terreno romántico y tiene que darle fuerza al tema de los viajes en el tiempo. No hay rigor científico en las teorías de los trasladados. L visión de que se trata de una enfermedad genética es novedosa e interesante pero poco fundamentada y cuando el espectador trata de ensamblar los tiempos y si es posible que esté aquí o allá y la confusión comienza, la cinta no hace mucho por ser clara, no se preocupa por este aspecto. Los viajes en el tiempo terminan siendo un pretexto para justificar la metáfora de la ausencia, de la permanencia eterna en la mente y de que no podemos cambiar el destino para bien o para mal. Viendolo así, funciona a la perfección, pero aplicando un análisis de errores, coherencia y credibilidad la cinta no sale bien librada, ya que hemos visto otras cintas o series que manejan este tema y se rompen la cabeza para buscar algo de credibilidad, aquí simplemente no hay esa preocupación. Otro error es que la película se toma demasiado tiempo en disparar los puntos de interés, y aunque en ocasiones se agradece esta paciencia aquí hace que la primera parte transcurra un poco lenta y carente de ritmo.
Te Amaré por Siempre es una historia de amor novedosa y que bajo la visión del tiempo se alimenta de metáforas ya dichas pero nunca hartantes. Es efectiva, ya que logra su mayor objetivo el cual es conmover con excelentes actores y entretiene más allá de que no logrará ser recordada como una gran obra, sin embargo se agradecen cintas que busquen tratar el tema del amor eterno desde diferentes ángulos. Un poco de mayor atención a los detalles científicos y un mejor ritmo en el guión hubieran hecho de este filme uno de las mejores del año, pero sólo puede ser catalogada como un buen intento. Lo más importante: la confirmación de Bana y McAdams como grandes estrellas capaces de dominar una pantalla.
CALIFICACIÓN: BUENA.

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