martes, 10 de marzo de 2009

Héroes y excesos

Sin duda Los Vigilantes (Watchmen), es un paso adelante en la filmografía de Zack Snyder, quien con 300 había logrado mostrar sus pretensiones estéticas y se instaló como un director innovador en el plano visual, aunque la historia de los espartanos por momentos resultó plana y con fallas.
Ahora, tomó el comic escrito por Alan Moore (mismo realizador de V de Vendetta), una historia basada principalmente es seis héroes (Silk Spectre, Dr. Manhattan, Ozymandias, Rorschach, The Comedian y Nite Owl) , diferentes al prototipo de los más populares, ya que sólo uno de ellos tiene superpoderes (Manhattan). La historia toma la muerte de The Comedian como punto de partida y Rorschach, un personaje atormentado que cubre su cara con un máscara con manchas negras que cambian constantemente de forma y cuya mentalidad oscila entre la locura y la necesidad de imponer justicia a cualquier precio, buscará que los Watchmen se reúnan para descubrir porqué alguien está matando a los enmascarados. Todo esto ocurre en los años ochentas, teniendo a la guerra fría y un posible holocausto nuclear latente debido a los conflictos entre Estados Unidos y Rusia.
Dando una revisada al comic original, el cual se puede descargar en internet, nos damos cuenta que Snyder prácticamente llevó a pantalla cuadro por cuadro los doce tomos que conforman la trama, añadiéndoles vida y parte del estilo del que ya habíamos sido testigos en 300.
El soundtrack de la película es genial y lo más destacable, cada canción es precisa y agrega gran emotividad a toda la acción de la cinta. Snyder es un gran inovador en cuanto a edición y manejo de cámaras, no hay duda que tiene un estilo propio, algunas cosas heredadas de Matrix, pero bañadas de un halo más realista, sin importar la cantidad de sangre que se salpique en la pantalla. Se agradece que la cinta sea para adultos, que no haya concesiones en ese sentido. Visualmente el filme es una joya debido a su originalidad, ya que con Snyder descubrimos a un director único, inconfundible y que sabe lo que quiere en cada secuencia.
Por otra parte, lo mejor del guión es la definición de los personajes, de cada uno conocemos su lado oscuro, su visión de la vida, muy diferente en cada personaje, cada héroe tiene su concepto de lo que es la justicia y las formas de llegar a ella. Por ejemplo, para El Comediante todo es una farsa, jugar a los héroes, a mantener un sistema podrido y contaminado, mientras que Rorschach cree fervientemente en imponer la ley, a mano dura, casi de un modo fascista. Nite Owl, es el héroe más común, ése que sólo se ha anquilosado en la burguesía, sin embargo es uno de los menos atormentados. Snyder nos presenta a cada personaje y se toma su tiempo al hacerlo con flashbacks, de esta forma nos va quedando claro poco a poco el origen de cada héroe.
Mención aparte merece el personaje del Dr. Manhattan, un héroe que rompe con ese lado terrenal de la cinta, aunque es clave en el comic, en ocasiones luce como un personaje de otra historia, al ser el único capaz de todo, al adquirir poderes casi de un dios tras sufrir un accidente en un labortorio. De esta forma se vuelve capaz de poder cambiar de forma, viajar por el universo y ver el futuro, un héroe cuya única debilidad es no entender a los humanos. En cuanto a concepción e idea Manhattan funciona, al ser una gran contradicción, un héroe poderoso pero a la vez despreocupado. sin sentimientos, a la hora de participar en la historia, el gran poder de Manhattan destroza la incertidumbre y la vulnerabilidad de Los Vigilantes. Más allá de esto, todos los personajes están bien delineados, casi todos con la misma fuerza.
Otra cuestión valiosa son ciertos diálogos o momentos poéticos dentro del filme, más allá de ser un gran show de violencia, la cinta conserva la profundidad, aunque son tantas las ideologías manifestadas que Los Vigilantes pueden ser definidos como nihilistas, fascistas anti comunistas, maquiavélicos, despreocupados y por momentos, sólo por momentos heroicos, impartidores de justicia en los que no puede confiarse. Sobre todo en el Dr.Manhattan es donde se notan más estas contradicciones, ya que por momentos uno no comprende cómo su ojo científico puede estar cargado de tanto misticismo.
La forma de narrar emociona y mantiene al espectador ansioso, la pantalla está tan llena de elementos, incluso saturada, que hay que estar bien atentos para no perder detalles, tanto visuales como en los diálogos.
Más allá de la joya en cuanto a lo visual que puede ser esta película, se detectan tres fallas que hacen que este filme no sea excelente.
El primero de ellos es que Snyder vuelve a cometer el mismo error que en 300: la redundancia. Su estilo es excelente, pero termina por cansar al ser un sistema empleado en todo el filme, algo parecido a lo que pasó sobre todo con las dos últimas entregas de Matrix. La excesiva violencia, gratuita en ocasiones, risible en otras, la misma estética en las batallas, le dan una personalidad al filme, pero también lo vuelven excesivo, Snyder ganará en experiencia y sabrá que quizás con menos conseguirá más.
El segundo error son las actuaciones, más allá del buen trabajo de Jeffrey Dean Morgan como El Comediante (sin duda el mejor personaje de la cinta), los demás actores no muestran grandes momentos interpretativos.
Finalmente, noto una resolución acelerada, quizás Snyder hubiera requerido más de una cinta para este cómic, tal vez en varias entregas se hubiera disfrutado más y con menos vértigo una película que no da respiros, un filme de excesos, tanto de imágenes como de héroes, abundancia de ideologías, una película que se asemeja a una gran fiesta, un enorme banquete lleno de platillos y mujeres preciosas, una orgía visual de la que uno puede salir recordando miles de orgasmos o grandes dolores de cabeza.
CALIFICACIÓN: BUENA.

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