domingo, 18 de octubre de 2009

El cine: la mejor arma

Esta crítica es especial, ya que hablaré uno de los mejores filmes exhibidos este año en México (compite con El Luchador), se trata de la obra maestra de Quentin Tarantino, su mejor obra hasta ahora sin lugar a dudas y que lo muestra más maduro. Bastardos Sin Gloria (Inglourious Basterds) es simplemente una joya, sin fallas, perfecta de principio a fin. Este Tarantino da miedo, asusta su capacidad fílmica no sólo para complacerse con un filme lúdico sino creado también para entretener a las masas. Con esta cinta el director de Pulp Fiction termina de consagrarse y entra a la historia del cine.
No hablaré de la trama, eso mejor que lo descubra usted. Prefiero decir que Tarantino se aventuró a hacer un western que hablara de los nazis y lo logró. Cuadro a cuadro la cinta es un homenaje al cine, a todas las influencias que este gran director tiene en el cerebro, ya que antes que otra cosa Tarantino es un consumidor de películas. Las devora y aprende de cada una de ellas para luego vomitarlas con su particular visión. La banda sonora incluye tanto música clásica como al maestro Ennio Morricone, es un filme el cual hay que observar miles de veces para descubrir cada referencia de otras cintas. La trama pasa a ser lo secundario, ya que el espectador está ante una clase de cine, un filme de época que debe ponerse como ejemplo en las escuelas cinematográficas, lo que importa es el fondo, el tratamiento que hace Tarantino, su venganza.
Hablando de las actuaciones simplemente son espectaculares, tanto de los tres actores principales como del batallón de personajes secundarios que habitan en la cinta. Cada uno tiene su personalidad y Tarantino se encarga de describirla, hablaré de los protágónicos para no extender este post hasta el infinito, pero cabe señalar que cada actor se merececía unas líneas y eso sólo se debe al trabajo del director, quien pone cuidado en los diálogos, en que los personajes tengan un esqueleto sólido, se fija en que la cinta se hable en lenguaje original de cada sitio en el que se supone se desarrolla la acción, más allá de que esto sea sólo una nueva fábula sobre la guerra con muy poco rigor histórico.
El que se lleva el filme es el actor austriaco Christoph Waltz, quien interpreta al villano principal, el coronel nazi Hans Landa. Waltz tiene una larga trayectoria, sobre todo en la televisión europea, y ahí el mérito de Tarantino de buscar caras nuevas para Hollywood, pero más que apostar por alguien, sabe que ese "desconocido" le va a dar lo que necesita, su basta experiencia como consumidor de cine le da la intuición para cosechar lo mejor de sus descubrimientos. Waltz desarrolló uno de los villanos más deliciosos de la historia del cine, a pesar de su maldad, de su fineza antes de perpetrar acciones violentas (la genial secuencia inicial por ejemplo) el espectador no puede más que enamorarse del cinismo de este personaje, de su tranquilidad que está a punto de estallar en cualquier momento, esa capacidad para controlar todo su entorno, hablar a la perfección el inglés, el alemán, el francés y el italiano, su maldad se siente en cada uno de sus gestos pero no es repulsiva, simplemente brillante, una clase de actuación que debe aplaudirse y se merece miles de premios, Óscar incluido.
Brad Pitt es el gancho comercial, el nombre más conocido en el filme de Tarantino que no podía quedarse sin una estrella y qué mejor que una representativa de nuestra época. También el esposo de Angelina Jolie se gradúa, había mostrado parte de su genio actoral en cintas como Cerdos y Diamantes (Guy Ritchie, 2000), El Club de la Pelea (David Fincher, 1999), 12 Monos (Terry Gilliam, 1995) y Quémese Antes de Leerse (Ethan y Joel Coen, 2008), en todas estas películas hay un común denominador, grandes directores atrás de ellas. Bien dirigido, Pitt alcanza niveles muy altos, y aquí no fue la excepción al interpretar a Aldo Raine, "El Apache", sureño y encargado de liderar a los Bastardos en el exterminio de los nazis, quitándoles el cuero cabelludo después de matarlos, hermosa referencia western. Pitt logra el acento, la frescura y el dominio de la comedia, esperamos una broma de humor negro de su personaje cada momento, su actuación es inolvidable porque nos hace olvidarnos que en otros tiempos fue considerado sólo un galán. Hay una escena memorable en donde se hace pasar por un italiano en donde su cara a lo Marlon Brando hace reir a carcajadas, también excelente y por lo menos será nominado al Óscar, debe serlo si lo fue por Benjamin Button (Fincher, 2008) en donde sólo se basó en el maquillaje para lograr una actuación decente.
El personaje femenino principal es el de la francesa Mélanie Laurent, quien interpreta a Shosanna Dreyfus, una joven judía que logró escapar de niña de loshombres de Landa. En ella habita la venganza, su mirada suave y tierna esconde a un ser a punto de desmoronarse pero al mismo tiempo con el deseo de desahogar todo su dolor. El Tour de Cine Francés nos había permitido conocerla a través de El Cuarto de los Muertos, en donde interpretó a una detective novata. Aquí su mirada dulce sirve para enamorarnos de su belleza que atrapa pero nos advierte que no hay ingenuidad en ella. La francesa se luce cuando se trata de momentos de tensión y a través de este filme se abrirá paso en los caminos del cine estadounidense, su belleza le ayuda, pero su capacidad de mutar y convencimiento la sostienen.
A pesar de ser un filme altamente violento y explícito, cada gota de sangre está justificada, incluso divierte, de hecho no son los momentos de mayor tensión. La violencia está antes de los disparos, en el previo, en el acoso, en un vaso de leche, en comer un strudel de manzana al lado del enemigo, ahí es donde la película se sufre, no en los disparos o en batazos destruyendo cabezas, en esos instantes todo se libera. El filme es eso, una catarsis, consumar la venganza.
Lo genial también se da en la mezcla de géneros, la cinta es un wetsern, un filme de guerra, de humor negro, de venganza a lo Kill Bill, de espionaje, todos los Tarantinos están aquí, y confluyen de la mejor manera, incluso el que tiene la fascinación por el cine clase B. La película nunca se siente forzada y uno se pregunta porqué nadie se había atrevido a tratar el tema de la guerra de la manera como lo hace el director de Perros de Reserva. Todo fluye natural.
Visualmente es impactante. No sólo en la ambientación de los años cuarenta, o en las escenas de violencia. Quizás Tarantino sea uno de los directores que mejor maneja la cámara. En la cinta se encuentran todos los planos, ángulos y movimientos posibles y cada uno de ellos utilizados de la mejor manera para acentuar el discurso de la escena.
Otro detalle interesante es que, como lo hizo en Kill Bill, Tarantino utiliza la capitulación que va dividiendo la cinta. Esto le ayuda a lo siguiente: desarrollar sus secuencias de manera aislada pero al mismo tiempo con un hilo donductor. Dar en cada capitulo énfasis a diversos personajes y así hacerlos crecer en cada momento. Brindar respiros a los espectadores y hacerlos ver que son parte de una fantasía, que la ficción-a pesar de tenerlos interesados como en un libro-no los absorba por completo, mantener esa distancia necesaria para que la cinta sea disfrutable como obra y no por su realismo.
El cine es un arma, muy poderosa y Tarantino lo sabe, por eso las escenas finales de la cinta son maravillosas, me gustaría contárselas y describir la perfección lograda pero quizás no haya visto ya el filme y lo arruinaría todo. Puedo decirle que el director utiliza el cine como la mejor bomba, ese medio para lograr la catarsis, la venganza, cambiarlo todo, la ficción aplastando a la historia, a la versomilitud, los fantasmas del pasado reviviendo en celuloide para cambiar el presente y lograr lo que la mayoría de la humanidad hubiera querido.
Sin duda, el Tarantino de los Bastardos... es el mejor hasta ahora, y él lo sabe y se atreve a decirlo en la misma película a través de Aldo Raine. Es por eso que estamos frente a un monstruo dispuesto a seguir comiéndonos con sus películas y marcar sus huellas profundas en la historia del cine. Sí, esperemos que esa bestia nos siga recordando los poderes del cine. No, que este no sea el clímax, y Tarantino nos lleve a lugares insospechados.

CALIFICACIÓN: OBRA MAESTRA.


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