miércoles, 14 de octubre de 2009

La moda como discurso

El Tour de Cine Francés de este año llegó a su fin con el estreno de su carta más fuerte: Coco Antes de Chanel (Coco avant Chanel), filme dirigido por Anne Fontaine, quien ya tiene una destacada trayectoria en el cine galo, pero esta película es sin duda la que la coloca en un plano de fama mundial, sobre todo por la relevancia del personaje a quien retrata.
La trama se encarga de mostrarnos la vida de Coco Chanel (Audrey Tautou) desde que era una pequeña y fue abandonada por sus padres, su camino en los cabarets en búsqueda de su sueño de convertirse en cantante y sus relaciones amorosas tanto con Etienne Balsan (Benoît Poelvoorde) y Arthur "Boy" Capel (Alessandro Nivola) que le permitirían llegar a posicionarse en lo que sería su carrera definitiva, además de marcarla como persona en lo que concierne a su capacidad de relacionarse con los hombres, y la definición de lo que el amor era para ella.
Los aciertos en esta cinta radican en explotar de manera sutil el discurso revolucionario de la moda que impuso Chanel. La francesa abogaba por una mujer libre, liberada de las plumas, del corsé, de todo aquel artificio que la hiciera parecer sometida y superficial. Su fuerza femenina la impulsó a crear diseños para una mujer dispuesta para el trabajo, valerse por sí misma y al obtener independencia económica, conseguir su libertad en todos los aspectos, incluso en la manera de sentir el amor, al no idealizar el matrimonio y sólo dejarse llevar por la pasión del momento.
En cada detalle del vestir, en cada frase, se muestran los pensamientos de una mujer que más que cambiar el mundo de la moda, intentó modificar las concepciones machistas que la rodeaban, quizás si se hubiera desarrollo en otros ámbitos Chanel no hubiera sido modista, tal vez si hubiera tenido un arma en vez de una aguja los caminos de la revolución la hubieran adoptado, era un ser que se expresaba desde la tribuna que mejor sabía y se atrevió a mostrarle a su género la puerta hacia la libertad. Desde el miedo a perderse surge el cambio, la ambición por no haber tenido nunca nada y luchar a través de lo que para ella era casi un talento natural. Destrozar esos parámetros y hacer que las mujeres se dieran cuenta que su idea de felicidad sólo era una máscara, Chanel podía verlas, intuir el deseo que había en ellas. Esto es lo que muestra la cinta y lo hace de gran manera, es un filme que más que intentar crear una simpatía hacia el personaje, es sólo un retrato de una mujer que se atrevió a ser diferente, que puso palabras en la moda.
La cinta se sostiene porque nunca intenta endulzar a Chanel, es decir, la muestra como un personaje distante, que carga la oscuridad de su pasado, con resentimientos, desconfiada, con una coraza que la protege. La cinta narra bien la oscuridad que rodeaba a esta mujer, además de establecer la tragedia como un punto base, sin embargo se agradece que nunca se intenta manipular al espectador, todo sucede en un tono real y crudo, no hay melodramas ni llantos falsos, Chanel pone el rostro duro y encara al destino.
A pesar de que la vida de Chanel es otra más de estas historias de superación en donde alguien de la nada construye un imperio, es un acierto que Fontaine prefiera mostrarnos el lado amargo, ese que ni siquiera contaba con el sustento económico para sobrellevar las soledades y las marcas dejadas por el pasado. Es un filme que tampoco aspira al triunfalismo, al sí se puede, no recurre a las estragegias empleadas por cineasta como Gabriele Muccino en cintas como En Busca de la Felicidad. Todos sabemos antes de ver el filme que el éxito llega, que Chanel pasó a la historia como una de las más grandes de la moda pero para Fontaine esto no implica que la sonrisa se apodere del rostro y sea capaz de borrar el pasado. Al contrario, el éxito se vuelve más como una cachetada al mundo que un disfrute personal.
Visualmente la directora logra una gran ambientación y sobre todo, como era de esperarse, es en los vestuarios donde se acentúa su preocupación, principalmente en esos detalles que permitan que Chanel hable sobre lo que piensa, qué significan las plumas en los sombreros, el exceso de joyas, todo aquello que gracias a personas como ella ya no consideramos elegante.
En la parte actoral quizás para muchos Tautou no va a dejar de ser la actriz de Amélie y se extrañe esa frescura con la que se apoderó de la pantalla en esta cinta del año 2001 que la lanzó a la fama, pero aquí logra representar a un personaje más seco, al cual es difícil ingresar, contenido, que debe expresar más con la mirada y adoptar una actitud masculina para apoderarse del mundo. Tautou logra convencernos, se la ve físicamente preparada para el personaje, quizás con unos kilos menos, además de que es una actriz que sabe mantener a flote películas en donde sólo ella debe hacerse cargo de todo y lidiar con la responsabilidad del éxito o fracaso de la creación del personaje.
Si hay fallas en Coco... es que por momentos la fuerza narrativa que arrastra desde el comienzo cae un poco hacia el desarrollo, tal vez el ser sólo un pequeño retrato de la vida de Chanel nos obliga a concentrarnos en las historias de amor y en su relación con los hombres. Quizás más extractos de su infancia, de su lucha personal e interna hubieran agregado una mejor panorámica al sufrimiento de Chanel. Intensidad es la palabra de la que carece este filme, sin embargo tampoco se espera que sea la cinta del año, es sólo una fotografía bien narrada y que a pesar de ser simple no decepciona.
Es un lenguaje a través de un botón, de un cuello, del escote de una espalda que se atreve a ser atrevido pero acompañado de la elegancia del negro. Color que Chanel decía reafirmaba los ojos. Fontaine nos lleva una vida que ayuda a quitarle el lado superficial a la moda que nunca ha tenido sin embargo goza de ese mal prestigio. La ropa es un discurso, un reflejo de lo que pensamos, de lo que somos, de lo que se nos permite o se nos obliga a ser y Chanel lo sabía, por eso deseaba más que el éxito la libertad, demostrarle a los demás que podía triunfar a pesar de estar destinada a vestirse de tragedia.


CALIFICACIÓN: BUENA

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