domingo, 4 de octubre de 2009

Los demonios del pasado

Dentro del Tour de Cine Francés de este año, se presentó una cinta que demuestra el interés del cine galo en el desarrollo de películas de suspenso interesantes, inteligentes y que puedan mantener al espectador al filo de la butaca. El director Alfred Lot hizo su debut con El Cuarto De Los Muertos (La Chambre Des Morts), y a pesar de que hay ciertas fallas que la alejan de ser una gran obra, sí se convierte en una cinta memorable.
La trama une de manera perfecta a los personajes desde el principio. En Lyon, un secuestrador está a punto de matar a una niña, al mismo tiempo dos hombres manejan en un carro a toda velocidad tras haber cometido un acto vandálico en la empresa que los despidió, sin embargo, en su camino se les cruza un hombre al cual atropellan y que lleva un maletín lleno de dinero el cual deciden mantener en su poder ante la crisis económica que viven, el secuestrador ve todo desde su ventana, a partir de ahí, la joven detective Lucie Hennebelle (Mélanie Laurent) será la encargada de resolver el misterio tras las muertes del hombre atropellado y de la niña secuestrada.
Uno de los principales aciertos de la cinta es que logra mantener al espectador emocionado y en la búsqueda del culpable, lo vuelve un detective más y hace que con los pequeños guiños que nos presenta ayuden a descubrir poco a poco el misterio.
Los diversos personajes que se nos muestran en El Cuarto... están bien desarrollados y con varios matices, no hay malos ni buenos en un sólo plano. El personaje de Lucie es una detective fuera de lo común, ya que es una madre de gemelas, joven y que gana protagonismo minuto a minuto, se va haciendo fuerte y refleja la fuerza femenina de la cinta. Es un filme en donde mujeres afectadas en su pasado buscan de diversas maneras hacer cenizas los demonios que las atormentaron de pequeñas.
Otro punto a destacar es que Lot sabe que a pesar de los toques únicos con los que maneja el guión y su particular ojo, está consciente que no ha creado un filme cien por ciento original y aprovecha para hacer un homenaje a El Silencio De Los Inocentes, tanto a la obra escrita de Thomas Harris como al filme de Jonathan Demme, de hecho diversas secuencias son ejecutadas de una manera muy similar.
Otro punto importante es que a pesar de que está construida para buscar el entretenimiento de la audiencia y llevarla de la mano por los caminos del suspenso, trata de poner mayor énfasis en los problemas femeninos que en la búsqueda de la gran sopresa o del final impactante, se preocupa más por ser una obra redonda y no perder la elegancia. El destino es otro tema abordado, la cinta arranca de esa manera y los involucrados en el hecho ven una forma de cambiar su suerte, incluso la situación de pobreza y de estar perdidos en una Francia con pocas oportunidades nos muestra a personajes dispuestos a llegar al límite para salir del agujero en el que se encuentran.
Por otra parte, el perfil del secuestrador se delinea de forma correcta, ya que no se trata sólo de un demente o alguien malo por naturaleza, en su modus operandi hay todo un perfil de alguien afectado por su pasado y obsesionado por la búsqueda de la belleza, por lograr que la vida permanezca, por detener lo efímero, congelar la infancia en un instante, quizás dejar grabada en una niña la sonrisa para que la vida no se la quite. El Cuarto... funciona de manera poética y adquiere cierta profundidad cuando se aleja de los momentos típicos como persecuciones o el investigador solucionándolo todo con horas de trabajo y un gran cerebro que le permite conectar todos los detalles.
Quizás ese el mayor error de la cinta, resolverlo todo de manera muy rápida y acomodarlo casi de forma obligada hacia el final que se pretende. Considero que rumbo a los últimos minutos se pierde la naturalidad que se presentaba desde su escena inicial y todo trata de embonarse de una manera muy súbita. No hay espacio para un final más climático, el desenlace es anunciado y decepciona no tanto por lo que ocurre en la trama, más bien por la manera de ser presentado.
En la parte actoral no hay grandes despliegues que merezcan una mención aparte, el peso de la cinta se basa en la juventud de Laurent para hacer creíble a un personaje femenino que busca la verdad y está dispuesta a todo por descubrirlo todo, la actriz mantenie el nivel de fragilidad necesario para no crearla capaz de lograr cualquier objetivo.
Un aspecto que destaca es la parte visual, hay escenas impactantes, sobre todo aquellas que se relacionan con el disecado de animales, así como secuencias y encuadres que ayudan al manejo de suspenso de una manera muy acertada. La cámara de Lot es elegante acompañada de una fotografía que apoya el discurso de la intriga, oscuridad, luces tenues y un mundo oscuro en el cual se esconden los pecados de otros días.
Más allá de que no escapa a algunos lugares comunes, El Cuarto... se sabe un homenaje al cine de suspenso norteamericano, es consciente de lo que es y logra su mayor objetivo: tener en la palma de la mano al espectador. Más allá de que se cae sobre la parte final y de que los secretos no son tan difíciles de deducir, el secreto es que el ritmo narrativo es imponente y eso hace fuerte a este filme. Lot entrega así un buen primer trabajo que le servirá en su carrera como un punto de partida sólido el cual lo puede llevar a hacerse cargo de proyectos más ambiciosos.
Mujeres atormentadas por su pasado y la diversas formas de enfrentarlo es una manera de resumir este filme, el cual tiene su mayor virtud en no perder la elegancia, mantenerse como una coherente película de suspenso y que al no buscar la originalidad y concentrarse en seguir un ejemplo obtiene buenos resultados, aunque quizás éstos hubieran sido superlativos con mayor cantidad de reisgos y con la capacidad de mantener el aliento y la misma fuerza hasta el final, llegar a ese cuarto en donde el espectador se queda atónito y le dan ganas de aplaudir, por ahora Lot sólo se gana un reconocimiento silencioso y la esperanza de que un futuro se habrá atrevido a despojarse de sus demonios fílmicos para ser él mismo.


CALIFICACIÓN: BUENA.


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